El reino de los malditos Vol. 3

No tiene sentido pensar en lo que podría haber sido pero nunca será. Solo te impedirá ser lo que eres. Una de las cosas más difíciles que se pueden hacer es vivir en el aquí y el ahora. No preocuparse por el futuro, no rehacer el pasado. Estar presente, ese es el secreto para cambiar el futuro. Para encontrar la verdadera felicidad.

Ser obligado a continuar en pie cuando deseabas caer. A levantarte por tu cuenta y desafiar la mano del destino que tanto dolor provocaba al atacar una y otra vez.

—Levántate —dijo con suavidad—. Como siempre temieron que harías.

El dolor no era una mera sombra que seguía a la gente a todas partes, era el peor tipo de compañero. Era una emoción que podía alentar a alguien a marchitarse a través de la pena y de las lágrimas o a convertirse en un monstruo.

Todo el mundo toma sus decisiones. Tu hermana está usando su inmortalidad como excusa para hacer cosas imperdonables. Podría alterar el cuero, cambiar de camino con facilidad. No quiere hacerlo. Y ahí radica el problema. Es un monstruo por elección, no por nacimiento

Levántate -dijo con suavidad-. Como siempre temieron que harías

No puedes ganar contra el amor. Es una fuerza muy poderosa, más importante que cualquier magia que poseas o que el temor que inspires. Incluso ahora

-Veo a la diosa que la gobierna.
-Yo veo a mi igual, a mi reina.

-En este momento, quiero al demonio, no al príncipe. Demuéstrame por qué dicen de ti que res malvado -lo agarré de la camisa y tiré de el hacia mi hasta que mis labios flotaron sobre los suyos-. Y no te atrevas a contenerte.

Incluso el combustible más volátil necesita una chispa para provocar las llamas