A la caza del Príncipe Drácula

No importaba cuánta muerte y horror existiera en el mundo, había cosas bellas con las cuales deleitarse.

La sociedad en general es muy obtusa. Si uno acude a otros en busca de sus opiniones, entonces pierde la capacidad de pensar de forma crítica. El progreso no sería el mismo si todos pensaran de la misma manera

Porque no hay límites para las estrellas; su número es infinito. Por eso es precisamente por lo que mido mi amor por ti por ellas. Una cantidad demasiado ilimitada para contar.

Los monstruos podían lucir las sonrisas de sus amigos mientras escondían el alma podrida del Diablo en las grietas más oscuras de sí mismos.

Las páginas antiguas eran un aroma que debería ser embotellado y vendido a aquellos que adoraban el aroma.

No importa cuánta muerte y horror existieran, todavía quedaban cosas bellas por encontrar.

Los monstruos son tan reales como las historias que les dan vida. Y solo viven mientras contamos esos cuentos.

Tal vez era hora de que los padres enseñaran a sus hijos cómo comportarse con las mujeres jóvenes. No nacieron superiores, no importa cómo la sociedad los condicionó falsamente. Aquí éramos todos iguales.

Los corazones eran maravillosamente feroces, pero también frágiles.

-Tú sí que haces las mejores entradas, Wadsworth. La mitad de los jóvenes de esa mesa quiere casarse contigo. Tendré que trabajar el doble con mis habilidades de esgrima para defender tu honor.