[...] Que nunca nadie dio con tu verdadero rostro, porque la revolución no debe tener un rostro. Es un imaginario posible, un paisaje que se completa con el rostro amado [...]
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[...] Que nunca nadie dio con tu verdadero rostro, porque la revolución no debe tener un rostro. Es un imaginario posible, un paisaje que se completa con el rostro amado [...]
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[...] mi beso cantará en su boca como una flor extraña que sentirá enredarse en sus palabras. Mi beso será un recuerdo prohibido, como una luna sodomita que arañó su mar.
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Desde un imaginario ligoso expulso estos materiales excedentes para maquillar el deseo político en opresión. Devengo coleóptero que teje su miel negra, devengo mujer como cualquier minoría. Me complicito en su matriz de ultraje, hago alianzas con la madre indolatina y "aprendo la lengua patriarcal para maldecirla".
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Como si en la libación se fugaran costras de tiempo, rejuvenecieran de regreso a la cuna, hambrientas y lactantes para reflorar sus encías huecas con el dulce néctar de la juventud. El peligro es mínimo, y la pasión succionante adormece al joven que disuelve su ocio en ese absorber.
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A lo mejor por eso asumió el sida como una doble condena privada y sentimental pensando que la vida era sabia, pero a veces injusta: por donde pecas pagas al degollar un gorrión con la caricia de un filo.
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[...] Porque la pendeja no tenía sueños románticos que alteraran su transa prostibular. Había una familia que mantener y por eso estaba trabajando. No tenía tiempo para conversar del ayer, y menos para escuchar canciones de protesta. Se lo dijo.
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[...] Que ya no está, que por fin se olvidó, que a pesar del cariño su recuerdo comenzó a esfumarse, después de tantas noches y noches en desvelo. Después de tantas lágrimas, aún se empeña en reaparecer en la arqueología trapera de sus vestigios.
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[...] Y su utopía es para las generaciones futuras Hay tantos niños que van a nacer Con una alita rota Y yo quiero que vuelen compañero Que su revolución Les dé un pedazo de cielo rojo Para que puedan volar. |
[...] Mi hombría fue morderme las burlas Comer rabia para no matar a todo el mundo Mi hombría es aceptarme diferente Ser cobarde es mucho más duro Yo no pongo la otra mejilla Pongo el culo, compañero Y esa es mi venganza [...] |
[...] Mi hombría me la enseñó la noche Detrás de un poste Esa hombría de la que usted se jacta Se la metieron en el regimiento Un milico asesino De esos que aún están en el poder Mi hombría no la recibí del partido Porque me rechazaron con risitas Muchas veces Mi hombría la aprendí participando En la dura de esos años Y se rieron de mi voz amariconada Gritando: Y va a caer, y va a caer Y aunque usted grita como hombre No ha conseguido que se vaya Mi hombría fue la mordaza [...] |
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?