Aquí tuvo lugar la batalla a muerte aquí es donde el enemigo asesinó al amigo la sangre en la roca, las lágrimas en la arena toda tierra es la tierra santa. |
Aquí tuvo lugar la batalla a muerte aquí es donde el enemigo asesinó al amigo la sangre en la roca, las lágrimas en la arena toda tierra es la tierra santa. |
Que llegue el día, que llegue ya, en que la palabra guerrero sea una palabra absurda y la palabra victoria signifique algo vano. |
Que vuestros hombres no se alegren del combate y a vuestros ancianos les asuste, y digan: «¿Es justo que mi hijo entregue su vida por mí? ¿Soy acaso yo mejor hombre que él? No, que viva para hacerse pastor o mecánico o profesor de idiomas antiguos». |
LA PRÓXIMA GUERRA Tendrá lugar, llevará tiempo, se cobrará vidas, y las malgastará. |
Consumir por consumir: sí, lo sé. Pero las cosas, las cosas bonitas y baratas, compradas alegremente y conservadas por la misma razón, ¿acaso no poseen un resplandor inmaterial, quizás en último término el destello de inmortalidad que llamamos alma? |
Pero lo cierto es que nunca pedí conocer a un dios, y mucho menos hacer el amor con uno. ¿Por qué pensó que yo quería? Y cuando le dije que no, ¿cuál fue mi agravio? No puede ser difícil encontrar a una muchacha boquiabierta dispuesta a amar a un gran dios rubio de ojos garzos. Eso dijo. Dijo: «Sois todas iguales». Nos ha visto a todas; lo sabe. Así que ¿por qué yo? |
Le gustaba sentir mis dedos en su pelo. Así que me los arrancó, se hizo una guirnalda, y se la pone en los desfiles y concursos, mis moribundos dedos que huelen a cocina entrelazados en sus resplandecientes rizos. A veces se apoya en mí durante un rato. Aparte de eso, parece haber perdido el interés. |
¿En que año nació Marcel Proust?