Tormenta

Yukiko es la hija de Masaru o el Zorro Negro, el Maestro Cazador del imperio Shima. Junto con su padre emprenderá una búsqueda imposible. El caprichoso Shogun Yoritomo ha ordenado cazar a un tigre del trueno, una criatura mitológica hija de Raijin, dios de las tormentas. Aunque este ser está extinto, el Shogun alega haber soñado que le cabalgaba y dirigía con él a sus ejércitos en contra de los gaijins, palabra japonesa usada para designar (despectivamente) a los extranjeros. Por ello inician la caza, a pesar de ser escépticos en cuanto a su existencia y seguros de que iba a ser un estrepitoso fracaso, lo que provocaría la ira de Yoritomo. Sin embargo, contra todo pronóstico logran dar con la poderosa bestia, la última de su especie. Pero el dios Raijin no va a consentir que secuestren a su hijo y se lo lleven como un regalo al emperador, por lo que asaetea la nave con sus truenos y le prende fuego, haciendo que todos sus ocupantes se precipiten al vacío. Menos Yukiko, que no puede permitir que el tigre del trueno muera atrapado en su enorme jaula y mutilado, pues su padre le ha cortado algunas plumas para impedir que vuele y para dominarlo. Mientras Masaru y el resto de la tripulación caen sobre las montañas Ishii, una zona misteriosa y peligrosa dominada por el Yomi, la entrada a los infiernos donde aguarda la diosa Izanagi, Yukiko consigue liberar a la criatura.

Ambos caerán sobre las montañas, alejados de su padre y del resto de humanos. Yukiko utilizará los poderes que le concede su sangre de yokai para conectar con el tigre del trueno y conocerle mejor. A partir de aquí y gracias a los días en los que tendrán que permanecer juntos de manera casi obligada, irán tejiendo ciertos lazos y vínculos que les ayudarán a verse diferente y a aprender el uno del otro. No obstante, Yukiko es perfectamente consciente de que esa relativa paz y esa nueva "amistad" debe terminar; la magnífica bestia tiene que ser entregada al emperador o tanto ella como lo que queda de su familia sufrirán las consecuencias de su desobediencia. Además, durante su estancia en las montañas de Ishii, Yukiko descubrirá que no todo es lo que parece, que existen muchos misterios y secretos en torno a ella y también en la corte imperial. Ante ella se abrirá un nuevo camino, uno que no imaginaba que existía, y tendrá que elegir entre su juramento de lealtad a Yoritomo o su honor.

Hay muchas cosas que me han fascinado de este libro y, sin duda, la primera de ellas es el Japón distópico que se nos presenta. El autor crea una mezcla perfecta entre el Japón tradicional de los samuráis, las geishas y los ostentosos kimonos y, al mismo tiempo, la modernidad de las naves voladoras, los complejos trajes/armaduras y los avances tecnológicos. El imperio ficticio de Shima está contaminado por la flor del loto. El loto es una planta venenosa que es usada como combustible y como droga al mismo tiempo. Es lo que sostiene la economía del país a costa de envenenar el planeta. Debido a los cultivos masivos y al abuso que se está haciendo del loto desde el gobierno y los señores nobles, el agua está intoxicada, los cielos rojos, todo huele al humo de chi (combustible principal, un equivalente a la gasolina), las tierras se quedan estériles y la gente se muere no solo de hambre, sino también de problemas pulmonares debido a toda la contaminación. Esta devastación es sufrida por los pobres, puesto que los ricos y las familias cercanas al Shogun tienen los medios suficientes como para poder protegerse en buena medida de la misma.


A parte de la ambientación, que es magnífica, otra cosa que me ha impresionado es la capacidad de Kristoff para mezclar elementos reales de la cultura japonesa con elementos ficticios. Por ejemplo, el uso de la mitología o las diferentes clases sociales están muy bien representados. Por otro lado tenemos aspectos nuevos como el Gremio, los Artífices, los Caminantes de las Nubes etc, que están perfectamente integrados en todo este cosmos asiático y que son la mar de interesantes. Me gusta muchísimo este nuevo mundo que ha creado el autor y cómo lo ha unificado.

En cuanto a los personajes, la protagonista indiscutible es Yukiko. Es una adolescente fuerte, resoluta, inteligente y valiente. Su padre Masaru es una sombra de lo que fue, consumido por su adicción al loto, por lo que Yukiko le guarda rencor. Además, le culpa de que su madre se marchara y los abandonara, así que su relación no es demasiado buena. Akihito y Kasumi son los cazadores que siempre acompañan a su padre. Akihito es casi como un tío para ella; sin embargo, no soporta a Kasumi y detesta que la trate como si fuera su hija. Hay muchos personajes interesantes en el círculo de Yukiko pero no hablaré de ellos para no incurrir a spoilers, pero, en resumen, están muy bien construidos, con un gran trasfondo y una personalidad muy definida. A parte de ellos, mención especial al tigre del trueno, del cual no he podido evitar enamorarme.

En cuanto a la narración, Yukiko alterna el presente con el pasado. Normalmente las escenas de su infancia aparecen al principio de los capítulos, donde ella recuerda a su familia cuando estaba unida y cuando estaba su hermano, Satoru. de esta forma, vamos conociendo tanto su vida actual como los hechos importantes acontecidos en su pasado y las consecuencias que han tenido para ella.

La novela está dividida en tres partes. En la primera se nos describe el Japón distópico, a los personajes principales y la misión que les encomienda el shogun. En la segunda, conocemos al famoso tigre del trueno y cómo desfilan los acontecimientos derivados de la primera parte; y en la tercera, Yukiko ya ha elegido su camino y tiene que enfrentarse a dicha elección. A pesar de ser el inicio de una trilogía, lo cierto es que este libro está plagado de acción y de giros inesperados. Aun teniendo alrededor de 500 páginas, es una novela que te lees muy rápido porque enseguida te engancha y la historia que cuenta es tan increíble que no puedes parar.

Es una recomendación estupenda para aquellos a los que os interesa la cultura japonesa y, además, las distopías. Y aunque no sea así, sin duda es un libro que está muy bien escrito y muy bien llevado, con una trama interesante y que te deja con muchas ganas de saber más cuando llegas al final.
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De este autor habíamos leído Nuncanoche y nos encantó asi que nos animamos con enta trilogía.

Me ha gustado mucho, pero tengo que decir que me lié bastante al principio con tanto término japonés, eso hacía que no me enganchara. Pero cuando ya me habitué a esas palabras después fue todo rodado.
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He de decir que empecé con mucho hype este libro, me esperaba algo sublime y al principio me decepcioné... pero a partir del primer tercio de libro, la historia adquiere un tinte BRUTAL. La mitología japonesa, los dioses y criaturas, la muerte y la vida. He aprendido mucho sobre esta cultura y solo quiero saber más y más.
La protagonista Yukiko nos da una visión fresca de la típica prota femenina súper valiente y con gran personalidad ya que tiene un toque que engancha.
Tras el pequeño análisis os cuento un poco de la SINOPSIS:
Yukiko y su padre tienen como misión capturar el Arashitora, una criatura mística mitad águila mitad tigre que controla las tormentas. Pero hay problemas, política y amistad. No os cuento más porque no quiero arruinaros las sorpresas.
Mi OPINIÓN: lo recomiendo muchísimo. Si buscáis aventuras, cultura, algo distinto e intenso... y sobre todo Jay Kristoff y su estilo tan peculiar y adictivo... tenéis que leerlo SI O SI.
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Increíble. Maravilloso. BRUTAL.

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