El cielo es azul, la tierra blanca

No dependía de su compañía, pero cuando estaba con él me sentía más completa. Era una sensación curiosa, como si me hubiera comprado un reloj nuevo y no quisiera quitar el plástico adherente que protegía el cristal.

Notaba el calor que desprendía el cuerpo del maestro, sentado a mi lado. Mis sentimientos afloraron de nuevo. Aquel sofá duro e incómodo me parecía el lugar más agradable del mundo. Me sentía feliz a su lado. Eso era todo.

No nos separaba la edad, ni tampoco el espacio. Pero entre el maestro y yo había una distancia insalvable

Estaba sola. Subía sola al autobús, paseaba sola por la ciudad, iba de compras sola y bebía sola. Incluso cuando estaba con el maestro era como si fuera sola a todas partes. No dependía de su compañía, pero cuando estaba con él me sentía más completa. Era una sensación curiosa, como si me hubiera comprado un reloj nuevo y no quisiera quitar el plástico adherente que protegía el cristal. Si el maestro llegara a enterarse de que lo estoy comparando con un pedazo de plástico, probablemente se enfadaría.

“Si el amor es verdadero, entonces trátalo de la misma manera que tratarías a una planta: fertilízala, protégela de los elementos; debes hacer absolutamente todo lo que puedas. Pero si no es cierto, entonces es mejor dejar que se marchite”.

Yo soy muy sibarita, y cuando no puedo disfrutar de la comida durante una temporada voy consumiendo poco a poco.

Empecé a estudiar secundaria y luego pasé al bachillerato, pero mi nivel de madurez disminuía a medida que pasaban los años. Nunca me he llevado bien con el tiempo

Me sentí arrastrada hacia un sueño que, estaba muy lejos del sueño del maestro

He recorrido un largo camino/
El frío penetra en mi ropa gastada/
Esta tarde el cielo esta despejado,/
¡ Como me duele el corazón!

Abro el maletín del maestro,. En su interior no hay nada, solo un vacío que se extiende, un enorme espacio vacío que crece sin parar