La hija del relojero

Padres e hijos. La relación más sencillos del mundo y, al mismo tiempo, la más compleja. Cada generación pasa a la siguiente una maleta que contiene las piezas desordenadas de un rompecabezas acumuladas a lo largo de los años y dice "A ver cómo te las arreglas".

Voy a contarte algo más que sé: es difícil no enamorarse de un hombre apuesto que te dedica toda su atención.

Las guerras tenían un carácter surrealista, llenas de eventos espantosos a los que resultaba imposible acostumbrarse, aunque lo más espantoso era que uno se habituaba.

Y no es que fuera uno de esos locos que se niegan a reconocer la diversidad, sino que aceptaba que la vida es injusta. Que lo único de verdad justo en la vida es la aleatoriedad de su injusticia.

La sensiblería era empalagosa y cursi,en tanto que la nostalgia era aguda y dolorosa. Describía uno de los anhelos más profundos: saber que no era posible parar el paso del tiempo y regresar a un momento, una persona, y hacer las cosas de otro modo.

Estaba segura de haber leído en alguna parte que los hombres que trataban bien a su madre eran las mejores parejas