El enigma de la habitación 622

Nada mejor para sentirse menos solo que encontrarse con alguien que está aún más abandonado.

La vida es una novela que ya sabemos cómo termina: al final el protagonista muere. Así que lo más importante no es cómo acaba nuestra historia, sino cómo vamos a llenar las páginas. Pues la vida, igual que una novela, tiene que ser una aventura. Y las aventuras son las vacaciones de la vida

¿Qué somos capaces de hacer para defender a las personas a las que queremos? Ese es el rasero por el que medimos el sentido de nuestra propia vida.

Cuando me meto en la historia, me atrapa por completo. Es como si también yo estuviera dentro de la novela, in situ.

Porque la risa tiene más fuerza que todo lo demás, más incluso que el amor y las pasiones. La risa es una forma de perfección inalterable. Nunca te arrepientes, se vive siempre con plenitud. Cuando acaba, siempre te quedas satisfecho y te apetece, más pero no la pides. Incluso el recuerdo de la risa es siempre agradable.

No son ni el autor ni el editor quienes deciden cuando se publica un libro. Es el propio libro el que decide cuando hay que publicarlo.

Cuando ansías decidir el destino de los demás, se te olvida que sólo puedes influir en el tuyo propio.

... una gran novela es un cuadro. Un mundo que se pe brinda al lector, que va a dejar que lo enganche esa gigantesca ilusión compuesta de pinceladas.

La vida es una novela que ya sabemos cómo termina: al final el protagonista muere. Así que lo más importante no es cómo acaba nuestra historia, sino cómo vamos a llenar las páginas. Pues la vida, igual que una novela, tiene que ser una aventura. Y las aventuras son las vacaciones de la vida

¿Qué somos capaces de hacer para defender a las personas a las que queremos? Ese es el rasero por el que medimos el sentido de nuestra propia vida.