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ISBN : 8420476773
Editorial: Alfaguara (11/01/2024)

Calificación promedio : 4.04/5 (sobre 24 calificaciones)
Resumen:
En el crudo diciembre de 1905, Enrique Maldonado, propietario de las tierras del municipio salamantino de Boada y cacique local, aparece brutalmente apuñalado en las afueras del pueblo. Los vecinos son los principales sospechosos de haberle dado muerte y Unamuno, que escribió un artículo incendiario para denunciar las condiciones de vida de los campesinos boadenses, decide investigar el crimen con la ayuda de Manuel Rivera, abogado defensor de los detenidos, y Teres... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (20) Ver más Añadir una crítica
Beatriz_Villarino
 24 January 2024
Don Miguel de Unamuno y Manuel Rivera son los protagonistas de El primer caso de Unamuno. El primero es, lógicamente, el escritor noventayochista. El segundo es un abogado que se presta a ayudarlo a descubrir al verdadero asesino del crimen de un cacique de Boada, Enrique Maldonado, encontrado en sus dominios apuñalado con saña, tras dejar a los trabajadores sin tierras, en la ruina y pidiendo, como única solución, asilo en Argentina para emigrar allí. Unamuno no cree que nadie del pueblo sea el culpable y menos aún que, como en la obra de Lope de Vega, lo sea en su totalidad. Como quiera que otro escritor de la misma época, Ramiro de Maeztu, escribiera en el periódico, afeando la conducta de un pueblo que, responsable de comenzar con el fenómeno de «La España vaciada», iba a dejar a nuestro país y al gobierno, en muy mal lugar a ojos del resto del mundo, Unamuno responde con otra carta en la que acusa a los mandatarios y caciques de dejar a los trabajadores sin sustento; ellos son la vergüenza del país al haberlos abandonado a su suerte, hasta el punto de que se han visto en la obligación de pedir ayuda en el extranjero.

Esta es la base de la novela. Después, el asesinato de Maldonado se multiplicará, causando en Unamuno cierta desazón, agrandada al aparecer en escena la joven anarquista Teresa, de la que queda prendado y temeroso de que peligre su fidelidad a doña Concha, su mujer.

Luis García Jambrina escribe esta novela histórica llena de intrigas y muertes, tan usuales en la España de principios del XX, derivadas de la corrupción del gobierno y de una justicia unida firmemente al poder y al dinero de los tiranos, verdaderos dueños del territorio nacional.

La novela contiene hechos reales, personajes reales y otros inventados; incluso la propia pareja de personajes, Unamuno – Don Manuel, constituye ese carácter inseguro, inquieto que tenía el Unamuno real. Ambos protagonistas se comparan a veces con don Quijote y Sancho, pareja que constantemente debate entre la realidad y la ficción. En otras ocasiones, Unamuno – Rivera forman el tándem Sherlock Holmes – Wattson, cuando intentan investigar siguiendo los dictados de la razón o del corazón. Y, en todo momento, el escritor y el abogado recuerdan a ese protagonista de Niebla, Augusto Pérez, licenciado en derecho, amante del ajedrez, aquejado de un conflicto interior semejante a la angustia existencial que su autor sufrió en diferentes momentos de su vida.

En El primer caso de Unamuno, como en Niebla, conocemos a los personajes más por lo que dicen de ellos mismos que por sus acciones. En varias ocasiones el protagonista se define como soberbio, o lo llaman así, pues se cree en posesión de la verdad. Las preocupaciones de Unamuno son las que invaden los diálogos, a veces convertidos en ocultos monólogos; las conversaciones con don Manuel o con Teresa llegan a ser una excusa para que Unamuno exponga sus ideas sobre la vida de 1902 «Dentro de poco, mucha gente viajará en automóvil […] Detesto todos esos inventos […] preferiré siempre el ferrocarril, con su rítmico traqueteo […] aquello que debería cambiar se mantiene inalterado: la injusticia, la desigualdad, la explotación […] estoy buscando algo […] es muy posible que sea Él el único que puede garantizar la existencia de eso que anhelo».

Como en las novelas del Unamuno real, el lector de esta es bastante pasivo. Apenas podemos reflexionar porque el narrador, con el punto de vista del protagonista, nos lo va dando hecho. Incluso se empeña en que pensemos en falsos culpables cuando tenemos claro quién es el verdadero; pero unas pesquisas de Unamuno van llevando a otras para ir detallando mejor los hechos ocurridos en la realidad o las costumbres de nuestro escritor vasco que poco tienen que ver con el argumento o la resolución de los hechos.

Empecé a leer la novela como negra pero creo que es sin duda histórica. Personalmente me cuesta trabajo imaginarme a un mito consagrado como personaje que tiene una función que no es la suya pero se mezcla en la suya. Este es mi problema. Aun así he leído la novela de García Jambrina con interés y he descubierto que predomina la moral; no podía ser de otra forma tratándose de don Miguel. El protagonista elude las reglas que determinan las relaciones sociales para atender a su propio comportamiento «En todo caso, soy un anarquista sin filiación, es decir, a mi aire; porque a mí eso de ser anarquista con carné me parece inconcebible, amén de dogmático y sectario, y para eso ya está la Iglesia católica».

Esta moral es la que instaura, desde el principio, el narrador (protagonista omnisciente) con el fin de que el lector pueda examinar con detalle las acciones, las rutinas, los fundamentos del propio Unamuno, «el juez de instrucción tenía la intención de cerrar pronto el sumario […] ignorando así las circunstancias que vinculaban ambos casos […] Unamuno repasó una vez más…».

Los lectores no podemos analizar qué está bien o mal en las acciones de los personajes porque el eje queda estructurado previamente por el comportamiento, ejemplar subjetivamente, de Unamuno y nada edificante del resto de la sociedad a la que debe enfrentarse nuestro héroe.

La preocupación ética por problemas vitales está vedada a los lectores, de quienes no se espera ninguna respuesta crítica puesto que es Unamuno quien reflexiona de manera tenaz hasta darnos él mismo la solución, mucho antes de que lo que pretende. El protagonista medita constantemente sobre el bien, la justicia, la libertad, incluso el amor, con argumentos filosóficos o literarios «un yo exfuturo, un yo que pudo haber sido pero que, por diversas circunstancias, no llegó a existir del todo, salvo en un libro…».

La novela tiene una finalidad ética pero el protagonista acarrea el problema de que no se encuentra con un antagonista a su altura, alguien capaz de desafiarlo con el mismo nivel de inteligencia o reflexión. No encontramos perspectivas morales enfrentadas «—En cualquier caso sepa que lo venero y, para una anarquista como yo, que no respeta ninguna clase de autoridad, eso es mucho decir».

Nadie desafía, con argumentos, las convicciones de Unamuno para que surja en el lector cualquier tipo de duda, por mínima que sea. El autor no juega con nosotros, meros testigos de la exaltación de valores morales del protagonista, alguien que posee, y lo sabe, una superioridad ética respecto del resto de personajes «¿De qué servía ser doctor o catedrático o rector de la Universidad de Salamanca, si no era capaz de resolver un enigma del que dependía el futuro de todo un pueblo?».

Faltan puntos de vista diferentes en El primer caso de Unamuno, sin embargo abundan las similitudes con la novela de la generación del 98: reflexiva; expositiva de las dos Españas, una miserable y otra falsa y aparente; con un amor desmesurado hacia los pueblos abandonados de Castilla; con un vocabulario fiel a la época, «levítica ciudad», «tencas», «enajenar», «la desidia y el latrocinio», «un doble faetón», «el occiso», «en los mentideros de turno»…; con un lenguaje espontáneo «Si le replico a ese juntaletras», «de quien se ha criado más entre la paja y el heno, como decía el villancico, que entre sedas y linos» y con latinismos «Mutatis mutandis».

Además no solo alude a Cervantes y Conan Doyle. Casi todos los compañeros de generación, coetáneos o admirados de otras épocas están nombrados o aludidos: Machado: «haciendo camino conforme andaba», Ramiro de Maeztu «con quien había tenido más de una polémica», Kierkegaard «un espíritu afín», Lope «Lo comparaban con el argumento de Fuenteovejuna», Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz «escribían y meditaban a la par que deambulaban», Séneca «Cui prodest scelus, is fecit», el romance de El Cid «al pasar por una callejuela oyó que alguien le chistaba», Sófocles «Edipo somos nosotros, cualquiera de nosotros» o Galdós y sus novelas «llenas de aburridas descripciones». Y por supuesto quedan explícitas o implícitas sus propias novelas: Amor y pedagogía «don Avito Carrascal», La tía Tula o Niebla.

Novela interesante por reflejar, sobre todo, el didactismo de la época.

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mifuga
 20 February 2024
Quisiera llevar a cabo una reseña no académica y tampoco con un exceso de contenido fan, pero Luis García Jambrina me lo ha puesto ciertamente complicado. El primer caso de Unamuno (Alfaguara, 2024), constituye el inicio de una nueva serie dedicada a don Miguel de Unamuno y sus andanzas detectivescas. Quizá, a su pesar, pero no sin goce y una buena dosis de aprendizaje final.

Como la biografía y la obra de Unamuno da para mucho, nos situamos en un punto concreto: Salamanca, 1905. Boada acababa de anunciar su intención de marchar a Argentina debido a las precarias condiciones que se han impuesto al pueblo. Maeztu, en su línea, los acusa de antipatriotas y Unamuno no puede contenerse y le responde en otro artículo en el que denuncia sus condiciones de vida. Con el clásico enfrentamiento de españoles contra españoles, aparece el cadáver, salvajemente asesinado, de Enrique Maldonado, el propietario de las tierras del municipio.

De esta forma, los vecinos se convierten en los principales sospechosos de un crimen que comienza a recordar a otros previos y hasta el famoso Fuenteovejuna, de Lope de Vega -aunque Unamuno prefiera a Shakespeare-. Junto al abogado Manuel Rivera, que representa a los acusados y la misteriosa anarquista Teresa Maragall, el rector decidirá lanzarse a la aventura de la investigación porque, aunque lo oculte, un pequeño Sherlock Holmes late en su interior.

Y es ahí, en esas piedras de toque literarias, donde se encuentra lo más brillante y conseguido de toda la novela. Aquello que no nos permite abandonar la lectura hasta haber llegado al final del final. Unamuno, don Miguel, no solo es un intelectual y un novelista, rector y catedrático, metido a la redacción de artículos para mantener a su numerosa prole... También es un talentoso detective. Sensible con las víctimas y empírico con los acusados, contrario a la violencia y tan precipitado que es imposible no relacionarlo, como su alumnado, con nuestro Don Quijote. al igual que Holmes necesita a Watson y Alonso Qujano, a Sancho Pancha, Manuel Rivera cumplirá las funciones de fiel escudero a la perfección, haciendo disfrutar al lector con sus irónicos, reflexivos o paradójicos diálogos.

El tono humorístico sirve de desahogo ante un tema tan serio como el que, a día de hoy, conocemos como "la España vaciada". Entonces, como también había sucedido en Hispanoamerica, las leyes se creaban entre compañeros de casino -fueran políticos, terratenientes o nobles-, que se apañanan para que la legislación favoreciera siempre "a los suyos", dejando desprotegidos a las clases sociales más vulnerables, en muchas ocasiones, condenadas a morir de hambre o exiliarse. Y eso, con suerte.

Dos notas más: esos alumnos que muestran el reflejo de un Unamuno diferente. Como él mismo defiende, hay muchas personalidades, muchas tramas en un solo individuo. Y la balsámica y maternal Concha, su esposa, que humaniza a este héroe recién salido del barro, aunque lleve ya mucho, mucho tiempo paseando sus nivolas y agonistas por nuestra imaginación.

Magnífica novela negra para acercarse, de manera fiel, interesante y entretenida a don Miguel de Unamuno, a una Salamanca también protagonista y a los problemas que motivaron la creación de la Ganeración del 98 y del Novecentismo. Estoy deseando recibir las primeras entregas de la serie de Fernando de Rojas, que no he podido resistirme a adquirir de segunda mano. Ya os contaré.
Enlace: https://www.instagram.com/mi..
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marulibros
 17 April 2024
Una forma muy original y diferente de ir conociendo a Miguel de Unamuno; no el erudito, sino el de a pie, el de estar por casa, conociendo sus anecdotas, su vida familiar y hasta algunos rasgos de su trabajo diario, bien como escritos o como rector de la Universidad

Ambientada en Salamanca a comienzos del siglo XX y bajo el trasfondo de un hecho real, Unamuno se verá casi que por casualidad convertido en investigador, un Sherlock Holmes a quien no le faltará su Watson, reencarnado en la figura de un abogado llamado Manuel Rivera 
Una pareja que promete deleitarnos con más casos

Amena, adictiva, muy didáctica, divertida, irónica y con todo un cambio político, social y cultural que nuestro personaje ya ve venir y no logra por supuesto predecir 
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JavierFP
 24 January 2024
Tras la serie de “los manuscritos”, con Fernando de Rojas como pesquisidor, “El primer caso de Unamuno” da comienzo a una nueva serie en la que D. Miguel de Unamuno se convierte en detective por obra y gracia de Luis García Jambrina, en una original premisa que toma como inspiración hechos y crímenes reales.

Salamanca, 1905: Enrique Maldonado, el propietario de las tierras del municipio de Boada, aparece brutalmente apuñalado en las afueras del pueblo. Los vecinos se convertirán en los principales sospechosos tras un artículo escrito por Unamuno denunciando sus condiciones de vida. Sintiéndose en deuda con estos, Unamuno decide investigar el crimen junto a Manuel Rivera, el abogado de los acusados, y Teresa Maragall, una misteriosa anarquista.

Nunca había leído nada de su autor, y no negaré que el motivo principal que me impulsó a leer el libro fue el hecho de estar ambientado en Salamanca, mi ciudad. Además de una fantástica ambientación que me ha llevado a recorrer sitios muy reconocibles por los que he pasado cientos de veces, en “El primer caso de Unamuno” he encontrado una historia de lo más entretenida y disfrutable que, sin tener un ritmo endiablado ni decenas de giros de guión, me mantuvo pegado a sus páginas de principio a fin.

El principal acierto de la novela es el tratamiento que el autor da al personaje de Unamuno. Intelectual, filósofo, novelista, articulista, ensayista, dramaturgo, poeta, rector de la universidad de Salamanca, profesor…y ahora detective, o mejor dicho, detective andante, ya que se trata de un Sherlock Holmes un tanto quijotesco, con un equilibrio perfecto entre ambos.

Como todo Holmes, Unamuno necesita de un Watson, encarnado en la figura del abogado Manuel Rivera. Las interacciones entre ambos son un placer para el lector, ya que están sembradas de pinceladas de humor que sirven de alivio en un crimen intensamente relacionado con el trasfondo social y político de la época, y que dio origen a lo que hoy conocemos como “España vaciada”.

Unamuno tenía como interés la búsqueda de la verdad ante todo (“Primero la verdad que la paz”), y esa máxima se traslada al personaje en la ficción, haciendo lo impensable con tal de llegar al fondo del asunto. Su mente racional se verá sacudida por la aparición de Teresa, una enigmática mujer por la que se sentirá fascinado, y que le mostrará que sentimientos e intuición son igual de importantes que la razón.

El autor retrata a Unamuno en su vida cotidiana (junto a su mujer e hijos, dando clase…), lo que acerca el personaje al lector, pero es en su compleja relación con Teresa donde verdaderamente le humaniza, al mostrarnos sus dudas y debilidades, lo que le hace aún más real si cabe.

El primer caso de Unamuno” supone un fantástico arranque de serie, acercándonos a una época y un personaje que pueden dar mucho juego. Yo, desde luego, estoy deseando leer ya el segundo, el tercero y todos los casos que quieran venir.
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EntreLibros
 26 February 2024
García Jambrina, tras su serie de "Los manuscritos", en los que ficciona la figura de Fernando de Rojas (autor al que se le atribuye la tragicomedia "La Celestina"), convirtiéndolo en un investigador detectivesco de finales del siglo XV, nos sorprende involucrando ahora a Miguel de Unamuno, el filósofo, escritor y poeta de la Generación del 98, en la investigación de una serie de crímenes en la población de Boada, en Salamanca.

Pongámonos en contexto para viajar a 1905, en plena época de la Restauración. Esta es la etapa política, comprendida entre las dos Repúblicas españolas, en la que se produce la restauración de la monarquía de los Borbones, Alfonso XII y Alfonso XIII.

Una época que se caracteriza esencialmente por los "pucherazos" electorales, es decir, por la alternancia pactada en el poder del partido Conservador y Liberal, sabiéndose de antemano a quién le correspondía el gobierno antes de celebrarse las elecciones. También por un ejercicio de la política clientelar y corrupta, que involucraba a todos los servidores públicos, y que culminaba en una extensa red de caciques en el ámbito rural.

A los campesinos y labriegos les fueron incautadas las tierras que trabajaban, los llamados bienes comunales, dejando un panorama de pobreza y hambre y pueblos enteros abandonados y vacíos.

Así, los vecinos de Boada, sin medio alguno con que subsistir y con la mirada puesta en salir de España y emigrar a Argentina en busca de oportunidades, serán los primeros sospechosos cuando el cacique de zona aparece asesinado cosido a puñaladas.

Miguel de Unamuno, escribiría un artículo incendiario contra el poder establecido y sus consecuencias. El ficticio, que, por supuesto, también ejerce una doble cátedra y el rectorado de la Universidad de Salamanca, de la mano de Manuel Rivera, abogado de los boadenses acusados, deciden investigar el crimen al considerarlos inocentes, en un afán de esclarecer los hechos. Y así, comienza esta novela en la que habrá más crímenes similares, y en la que al dúo de investigadores se unirá Teresa, una anarquista a la que Unamuno encontrará fascinante.

Sin duda interesante, original, bien escrita y mejor estructurada esta novela de ficción histórica que mezcla hábilmente el género negro.

Existe un buen conocimiento de la figura del controvertido y contradictorio pensador español y el personaje no sólo no agrede a la figura real histórica sino que lo humaniza. No es de extrañar siendo García Jambrina autor, junto a Manuel Menchón, del ensayo "La doble muerte de Unamuno", con el que se pretendía arrojar luz sobre la muerte, o asesinato, del autor y la utilización y apropiación de su figura por parte de Falange y el nuevo régimen franquista.

He echado de menos mayor profundidad en el contexto histórico, que a mí me resulta sumamente interesante. Pero es disculpable al ser el centro de la novela la investigación de los crímenes que acontecen.

¿Hubiera decidido o querido estar el personaje real en estas lides? Esto es otra historia, pero lo cierto es que se involucró mediante artículos en prensa. Buena novela y un personaje de continuidad...

#EntreLibros.
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Las críticas de la prensa (1)
lanuevaespana13 April 2024
A Luis García Jambrina, Unamuno siempre le ha parecido un personaje fascinante. En su nueva novela, "El primer caso de Unamuno", el autor de "Niebla" se verá obligado a investigar una serie de crímenes en la Salamanca de 1905.
Leer la crítica en el sitio web: lanuevaespana
Citas y frases (11) Ver más Añadir cita
anaisabel73anaisabel7314 April 2024
¿Y quién le dijo a unsted que esto de ser detective iba a ser fácil?Una cosa es averiguar la verdad y otra muy distinta encontrar pruebas que la avalen
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anaisabel73anaisabel7314 April 2024
La contradicción en la madre del pensamiento
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anaisabel73anaisabel7314 April 2024
Cuanto más deprisa huyas de la muerte, más rápido te acercas a ella
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anaisabel73anaisabel7314 April 2024
Nuestro matrimonio es fiel, grave, sobrio y con olor a casto
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mifugamifuga20 February 2024
La lógica nos esclaviza. Una verdadera inteligencia es aquella que también tiene en cuenta otras cosas, como los sentimientos y las emociones, por muy irracionales que sean a veces, o la intuición y la imaginación, que tantas veces subestimamos. Y, para desarrollar este tipo de capacidades, valen más la literatura y, si acaso, la psicología o, si me apura, el juego de las damas.
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Video de Luis García Jambrina (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Luis García Jambrina
Esta es la sexta entrega de la exitosa serie de Luis García Jambrina protagonizada por Fernando de Rojas, autor de la Celestina. Ambientadas a finales del XV y en el primer tercio del XVI, sus novelas han encontrado el favor del público por haber sabido conjugar la amenidad con unas tramas tan entretenidas como espléndidamente documentadas.
Este año 2022 se conmemora el quinto centenario de la muerte de Nebrija, cuyo legado se recordará con numerosos actos. Por otra parte, el inicio de la imprenta en Castilla es un mundo muy atractivo y poco conocido para el lector común.
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