Anne sin filtros

Creo que es el momento en el que soy consciente de verdad de que quiero mucho más de eso, y que ni siquiera necesito la seguridad de un «para siempre» o de una historia perfecta. Solo quiero más días de despertar sin ropa y tener todavía la sensación de su boca en mi cuerpo y su voz suplicando mi nombre resonando en mi cabeza, más de esos ojos que me miran como ella lo hace, más de su risa y sus abrazos y su manera de cuidarme.

Bocazas. Soy una bocazas. Anne, con e de estúpida. Anne, la de la lengua más suelta del mundo. Anne sin filtros.

Si quisiera contar una historia de amor en el mundo real, la situaría en Tejas Verdes, entre sus sillas desiguales y sus mesas adornadas con flores frescas.

(...) porque hay un montón de historias que empiezan justo así, entrando en un lugar por primera vez y enamorándote de él, de los secretos ocultos en sus muros, en sus pasillos.

Mientras cenamos, se me ocurre que Gilbert Blythe, como yo, es muchas personas a la vez. Que, al final, todos elegimos qué parte de nosotros enseñar.

"Has nacido para contar historias, donde sea y como sea, con el nombre que te apetezca. El problema es que te da demasiado miedo lo que otras personas hagan con esas historias. Porque las cosas en tu cabeza funcionan, las cosas en tu cabeza tienen sentido y puedes controlarlas, pero cuando están más allá ya no las controlas tú, y eso... eso te vuelve loca, ¿verdad? ".

"¿Es mentir ocultar una parte de la identidad?".

"No quiero que nadie mande sobre mi arte. Quiero mandar yo. Quiero ser siempre yo".

"A mucha gente le molesta que las cosas no sean exactamente como quieren y pagan sus 'decepciones' con los demás".

"Es curioso cómo, cuando empiezas a conocer a alguien, cuando pasas tiempo con esa persona, puedes imaginarte sus expresiones incluso aunque no la tengas delante".