La tradición juega un papel importante, y cuando es así la razón acostumbra a salir mal parada.
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La tradición juega un papel importante, y cuando es así la razón acostumbra a salir mal parada.
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El final de acerca. En unos minutos todo habrá terminado. Y entonces ellas rematarán en trabajo. Sus picos afiliados se ocuparán de que no quede nada en ese barril y sus vientres agradecidos borrarán sus restos para siempre. La hora de las gaviotas ha comenzado.
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Es muy generoso por tu parte. Hay que tener mucho valor para mirar de frente a las heridas que duelen e intentar cerrarlas. Lo más sencillo, siempre, es no hacer nada, no arriesgarse. No tires la toalla tan rápido.
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Los carrizos se abren al paso de la barca, una senda de agua que vuelve a cerrarse segundos después, sin dejar más testigos que las aves que alzan el vuelo, contrariadas. No les gusta el trajín que se ha adueñado de su mundo, gentes que hurgan aquí y allá en busca del fruto de una maldad que ellas jamás comprenderán
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Tiene que ser horrible no sentirte segura en tu propia casa.
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El miedo es tramposo en su búsqueda de un camino para hacerse fuerte.
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Algún día las mujeres nos cansaremos y plantaremos cara a este maldito sistema patriarcal. O lo hacemos nosotras o nadie lo hará.
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No denunciar solo beneficia a quien maltrata, que puede seguir haciéndolo con total impunidad.
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La persuasión es el arma más dañina de los maltratadores.
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—Además, las mujeres no perdonan. De nada sirve que se disculpe usted mil veces. Si ella decidió dejarlo, no volverá con usted —añade con esa seguridad en las palabras propias que solo te da la edad.
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10 negritos