El oscuro adiós de Teresa Lanza

Teresa Lanza murió hace ya casi un año; de hecho, en unos días será el primer aniversario de su muerte. Teresa, una joven inmigrante, llevaba unos años en España limpiando casas cuando, sin nadie esperarlo, decidió saltar por la ventana de su cuarto. Nadie la ha olvidado, ni las mujeres cuyas casas limpiaba ni el chico con el que salía, ni varias personas que parecen obsesionadas con ella, ¿por qué?

Precisamente, pocos días antes del primer aniversario de su muerte, esas mujeres para quienes limpiaba Teresa –amigas- se reúnen para cenar en casa de una de ellas, Lourdes Ros. Teniendo como base esta cena, conoceremos a cada una de esas mujeres, todas acomodadas y con carreras profesionales exitosas y su relación con Teresa. Y también sabremos por qué la sombra de Teresa planea sobre todas ellas.

Sin duda “El oscuro adiós de Teresa Lanza” es una novela muy diferente a las anteriores de Toni Hill. Nada que ver con su primera serie policíaca pero tampoco con las novelas posteriores que, podríamos decirlo, son más “convencionales”. Ésta no lo es, en absoluto.

Por de pronto, porque hay en ella dos narradores. No es que esto sea algo extraño, al contrario, es bastante habitual. También es habitual que uno de esos narradores sea un tercero omnisciente y el otro un narrador en primera persona. Lo que sí es excepcional es quién es la persona que nos habla en primera persona. No os voy a desvelar quién es (a pesar de que lo sabréis nada más empezar a leer el libro) pero sí os diré que es un narrador inesperado que da un toque “diferente” a la novela.

El otro narrador nos habla primero de las cinco mujeres para quienes Teresa limpiaba. Se toma su tiempo para ello lo que hace que los primeros capítulos, introductorios, no tengan excesivo ritmo. Lo cual no me ha importado en absoluto porque me estaba gustando mucho lo que estaba leyendo así que los he leído muy a gusto. Me ha gustado cómo nos habla de esa urbanización de ricos, con sus casas individuales y las familias que allí residen. Me ha gustado cómo presenta a las mujeres protagonistas: una editora, una mujer de negocios, una forense, una actriz y un ama de casa. Y me han gustado las historias o subtramas que a partir de ellas se dibujan. Conoceremos cómo son estas mujeres '-y sus parejas e hijos en su caso- de cara al exterior pero, según avance la novela, también sabremos cómo son por dentro (y resultará que la cara interna y la cara externa no siempre coinciden). La trama, las diferentes tramas, van ganando en complejidad según avanza la novela. Pasada esa parte inicial, introductoria, el ritmo se vuelve más ágil aunque en ningún momento llega a ser vertiginoso.

La editorial la vende como una novela de intriga e intriga hay, sin duda, aunque no creo que sea la parte más importante de la novela. Hay intriga respecto a Teresa: ¿por qué se suicidó una chica que lo tenía todo por vivir y que no tenía ningún problema aparente? Pero no sólo eso: casi desde el principio sabemos que, un año después de su muerte, algo pasa (parece que un crimen). Se toca el tema de refilón pero sin decirnos qué crimen es ni quién es la víctima. Hay que avanzar mucho pero mucho en la novela para saber qué es lo que ocurre. Así que tenemos una novela de intriga en la que hasta pasada la mitad de la misma no hay más que un suicidio y el anuncio de un crimen. Eso es lo que la hace tan diferente al resto de sus novelas. Normalmente se empieza con un crimen, se sigue con una investigación y se acaba con su resolución; aquí no hay nada de eso. Aunque en el último tercio más o menos, ocurren muchas cosas, se van atando todos los cabos y, sobre todo, salen a la luz muchos secretos. Muchísimos.

En la novela predomina la narración sobre el diálogo; eso, entre otras cosas, hace que no sea un libro de lectura rápida. Pero, repito, esto no es un “pero” ni mucho menos, a mí me ha encantado su “tempus”, el adecuado para la historia que se narra. Es un libro en el que no es sólo importante lo que pasa sino también dónde pasa y las personas que se ven involucradas en ello. Por eso se requiere una profundización psicológica en los personajes cosa que, sin duda, Toni Hill consigue. Aunque los hombres tienen su papel en la novela, las más importantes son las mujeres: la Teresa Lanza del título a pesar de que ya esté muerta y las cinco mujeres que fueron sus jefas. Y éstas son las que mejor desarrolladas están y las que dan al autor pie para introducir diferentes temas como el éxito profesional, las diferentes formas de vivir el amor y la familia, los hijos, la adopción, la inmigración, la fidelidad y la infidelidad, la venganza, etc, etc.

Destacar también el toque de, podríamos llamarlo, realismo mágico que impregna toda la novela. Reconozco que me sorprendió al principio y que no estaba muy segura de que me fuese a convencer pero, sí, me ha gustado cómo lo lleva el autor y cómo lo remata.

Conclusión final

“El oscuro adiós de Teresa Lanza” es una novela coral en la que hay algo de intriga, algo de realismo mágico y mucho de secretos. Una novela que me ha sorprendido y me ha gustado.
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Realmente no sé si me ha gustado este libro. Creo que le sobran bastantes páginas hasta llegar a la resolución. Es un poco lioso en cuanto a los personajes. Los capítulos finales son los que merecen algo la pena. No lo recomendaría. Una verdadera pena.

Siniestro delirio amar una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
(Alejandra Pizarnik)
Toni Hill nos había avisado de que iba a incursionar en algo nuevo. Pero, ni aun informados de ello, no éramos conscientes, o al menos yo no, de lo que iba a significar esa incursión ni a dónde nos iba a dirigir. “El oscuro adiós de Teresa Lanza” es una apuesta tan grande, por los numerosos temas tratados, que en mi opinión alguno de ellos queda cojo, e incluso tuerto.
Entramos en una novela con dos narradores: uno, sorprendente y el otro, omnisciente que nos va a ir conduciendo, en tiempo presente y con un ritmo muy calmado, durante la primera parte de la novela, por las vidas de los diferentes personajes que van a formar parte de esta novela coral. Esta primera parte es lenta, porque son muchos personajes y nos los van a presentar al detalle, vamos a conocer sus vidas públicas pero también lo que ocurre detrás, cuando nadie los ve. Ese narrador se va a encargar de ello, y más tarde, en esa segunda parte, se lo vamos a agradecer. Es una trama algo compleja en la que hay que estar muy atento, ya que hasta casi el final de la novela no van a encajar las piezas.
Con una prosa elegante y con muy pocos diálogos, vamos a adentrarnos en una comunidad de gente bien, vamos a entrar en las casas de cinco familias, donde reina la codicia y la hipocresía en las relaciones sociales. Son los personajes femeninos los que llevan el gran peso de la narrativa. Son ellas las fuertes, las carismáticas, las elegantes, las trabajadoras y las profundas. Ellos, sin ser planos, son menos profundos, son los que se dejan llevar por los instintos: algunos, los bajos clásicos y los otros, muy básicos. La historia empieza con una muerta: Teresa y termina exactamente igual, pero de otra manera. Vamos a hacer un círculo completo durante ese trayecto por el que nos va a llevar la historia, pero con dos años de diferencia.
¿Quién era Teresa? Todos conocemos a alguna Teresa, está en nuestras vidas, o en la de nuestros vecinos, o en la de nuestros padres. Teresa es esa mujer que deja a sus hijos en su país y viene a cuidar de los nuestros, para que podamos, un día, volver a subirnos a unos tacones y retomar ese trabajo interrumpido por una maternidad que nos quita el tiempo, el sueño y la energía. Teresa es esa mujer que, siempre con una sonrisa, nos devuelve esa parte de vida que creíamos perdida. Teresa es esa persona que nos ayuda, pero que no vemos, que es invisible para todo lo demás. Como Jimmy Nelson, ese joven jardinero rescatado de plena guerrilla de un país latinoamericano o Deisy, esa cajera de supermercado con tanto coraje como anchas son sus caderas. Personas que son válidas para trabajar pero pertenecen a un grupo que no tiene voz. Sombras, nada más.
El tema que late con más fuerza durante toda la novela es la idea de suicidio. Ese ya consumado, el de Teresa, es el que más pesa, pero no se diluye en ella. La adopción es otro ingrediente más de la historia. Una adopción especial, de un niño salvado de una vida de penurias, en un orfanato de Colombia, y en la que he encontrado un detalle en el nombre del niño que me ha costado creer y lo he sentido así hasta el final.
Hay más temas, muchos, quizá demasiados: inmigración, infidelidad, traición, corrupción, abuso, violencia, venganza. Y alguno más que no se puede contar. Ese guiño a García Márquez en una de sus más famosas novelas, que venimos intuyendo desde casi el principio y que se hace realidad casi al final. Y ese realismo mágico que nos tiene medio locos toda la novela, y que al final consigue resolverlo aunque yo, durante algún momento, no lo creyera posible. Para mí, no quedan todos los puntos zanjados. Hay uno, al menos, que no lo consigo encajar. Necesitaría una charla con Toni.