La salvación de una santa

¿Nunca habéis tenido la sensación de entrar a una libreria/tienda de segunda mano o nueva) y toparos con un libro que prácticamente os eligió el a vosotros y no vosotros a el? A mi nunca me pasó antes porque normalmente voy a comprar libros con una idea fija o simplemente mirar a ver si me interesa alguno pero con La salvación de una santa me pasó una cosa muy rara. Recuerdo que entré en la tienda para cotillear y, después de mirar varios objetos, decidí irme sin comprar nada cuando, al pasar al lado de una mesa, ahí estaba el libro y al instante supe que tenía que venir a casa conmigo. En ese momento me di cuenta que dicho libro me eligió a mi. Lo tuve en la estanteria sin leer durante un tiempo porque prioricé algunas colaboraciones y lecturas conjuntas pero siempre estaba presente en mi mente hasta que un día pensé "ya es hora de empezarlo" y... ¡Madre mía! Me sorprendió para bien.

La historia empieza como cualquier otra, algo tranquilo, hasta que sudece algo que pone patas arriba todo y envuelve la situación en el misterio que tienen que resolver los inspectores Kusanagi y Kauro Utsumi.

La víctima es un rico empresario llamado Yoshitaka Mashiba y, la principal sospechosa es su mujer, Ayane. Pero ella tiene una coartada irrefutable, es prácticamente imposible que fuera ella, de hecho, cualquier teoría que se me ocurría tanto a mi como a los inspectores era derribada después de las pruebas en los laboratorios. Hasta llegué a desesperarme porque estaba totalmente perdida y no sabía ni cómo ni quién podría haber asesinado a Mashiba.

La ambientación y las tradiciones japonesas están tan bien descritas que son impecables hasta transportarte a los lugares que visitan los personajes, me gustó mucho aprender sobre las costumbres y el respeto que se profesan. El autor crea unos personajes reales con profundidad y un pasado creíble y lógico, cosa que siempre se agradece. Consigue desvelar secretos del pasado recogiendo pieza por pleza para construir el puzzle que llevará la trama a un desenlace sorprendente y original que hará explotarte la cabeza y puedas ver de manera clara los motivos del asesinato descubriendo el plan macabro y paciente que maquinó el asesino. La investigación es lenta, probando todas las teorias posibles y analizando las pruebas a la vez que entrevistan a los sospechosos y las personas cercanas (y no tan cercanas) de los personajes. Puede ser que se piense que es una lectura pesada pero para nada, la narracion te atrapa y te crea tantas incógnitas que no puedes parar de leer hasta acabarlo.

Un buen libro para hacerte pensar y retarte a descubrir al asesino terminando con un giro inesperado y un final bien hilado.

Este libro llevaba varios años en mis estanterías y me vino fenomenal para uno de los retos de lectura de este año, además yo ya había leído previamente “La devoción del sospecho X” hace un tiempo y me había gustado, pero en esta ocasión no he disfrutado igualmente de la lectura. Ha sido un libro que se me ha hecho largo y algo lento.

Una vez que lo comienzas, no es que pase mucho tiempo para que el lector descubra quién será la víctima, quién el verdugo y cual será el método que se utilizará para su asesinato, tan solo diez páginas. Tampoco es que haya muchos personajes de los que sospechar, pero será la policía quien tendrá que averiguar cuál de las personas, en principio, más sospechas, es la culpable. El caso lo llevarán la detective Kaoru Utsumi, que sospecha de Ayane Mashiba, la viuda de la víctima (aunque se encontraba a más de 100 km, de distancia el día de la muerte de su marido) y el detective Kusanagi, que parece más inclinado a sospechar de Hiromi Wakayama, una amiga de la pareja.

Parece que la víctima, el señor Mashiba, estaba solo cuando murió y todo hace pensar que ha muerto envenenado tras beber una taza de café. Parece que no hay mucho de dónde tirar y aquí es donde entra en escena el profesor Yukawa, que por lo visto ya aparecía en la otra novela que había leído, pero que yo no recordaba para nada. En todo caso entre todos intentarán descubrir lo que realmente ocurrió, pero a mí todo el proceso se me ha hecho largo y repetitivo. Tenía la sensación de tener entre mis manos mucho libro para tan poco “caso”. Sí me ha gustado la forma de pensar de la detective Utsumi y en general el retrato de los pocos personajes que aparecen en el libro, pienso que su forma de actuar, tanto por parte de la policía como por los personajes que no lo son, refleja muy bien el carácter nipón. También debo decir que está bien escrito, pero en general, a mí me ha dejado bastante indiferente, me ha faltado ritmo, más intriga, lo he encontrado algo plano y sinceramente estaba deseando terminarlo.

Le mejor de este libro es que te mantiene interesado en un misterio de asesinato que es revelado prácticamente en el primer capítulo ya que descubrir cómo se ejecutó el asesinato es en sí mismo el verdadero argumento de la novela.Higashino tiene el mérito de crear unos personajes con los que es fácil identificarse y empatizar con todos ellos, incluyendo la supuesta mala y el egocéntrico científico, y crear un conflicto en el lector que desea saber cómo se hizo, pero a la vez comprende el por qué se hizo (el mismo conflicto que tiene el policía protagonista).Las historias de Higashino se centran en el ingenio de la técnica de los asesinatos, y en el correspondiente ingenio necesario para resolverlo, en la mejor tradición de las historias de deducciones detectivescas, con el añadido de que el autor es capaz de no gastar una palabra de más al escribir la historia, perfectamente medida y sin adornos superfluos, sin tramas paralelas ni casualidades. Perfecta.