No sé por qué, cada vez que leo una sinopsis de un libro de este señor, me imagino más una historia de humor negro con gore y algún susto pero nunca una historia de terror. Ese siempre es mi error pero, por lo visto, no soy la primera persona a la que le pasa.
Tengo sentimientos encontrados con este libro. Por un lado, me ha atrapado, no podía dejar de leer, necesitaba saber qué puñetas iba a suceder a continuación. Por otro, había escenas que me han parecido repugnantes o me han puesto furiosa y otras me han provocado cierta satisfacción, así que ha sido una montaña rusa de sentimientos.
Soy consciente de que estamos hablando del sur de Estados Unidos de principios de los 90, donde las mujeres dejaban sus estudios o trabajos para dedicarse por completo a su marido, la casa y los niños. Hendrix lo retrata muy bien y llegado el momento detestas a los maridos de todas las mujeres del libro, especialmente al de Patricia, incluso más que a
James Harris que a fin de cuentas es el monstruo y villano de la historia, y eso está bien, porque nos muestra que hay distintos tipo de monstruos. Puedo con todo eso porque refleja una triste realidad. Sientes tal impotencia por la pobre Patricia cuando ella solo quiere proteger a sus hijos de un monstruo y nadie la cree (ni sus propias amigas al principio mientras que todos los señores siempre mantienen un frente unido), su marido la ningunea, la maltrata psicológicamente o malmete a los hijos contra ella. Por fortuna, tras un terrible acontecimiento, por fin aparece la sororidad femenina y todas se unen para proteger a sus familias en vista de que no pueden contar con sus maridos.
Lo que no acepto es que siempre ( o casi siempre) que una historia de terror tiene protagonistas femeninas estas tengan que ser vejadas, humilladas, acosadas sexualmente o violadas, con eso no puedo. No hay necesidad. También me he sentido incómoda ante la descripción gráfica de como el monstruo se alimenta de niños o menores de edad. Que a ver, es un monstruo y tener esas escenas puede reforzar el horror, pero que el autor te describa que la niña o niño en cuestión estaba sin pantalones mientras
James Harris les mordía la parte interior del muslo. Que sí, que es dónde siempre muerde él a todo el mundo pero no sé, creo que no hacía falta ya sabemos cómo se alimenta porque es algo que se menciona en el libro. También os aviso de que si tenéis aprensión por las ratas o insectos como arañas y cucarachas vais a ver ciertas escenas que os van a resultar muy desagradables.
Así que puedo decir que la lectura me ha gustado, porque pese a toda la aversión y el mal cuerpo que me ha dejado no he podido parar de leerlo. Por lo menos el final, aun con su parte agridulce, me ha parecido satisfactorio y en parte ha compensado el mal rato. Eso sí, no estaría de más de que el libro tuviera TW o aviso de contenido de sensible.