La chica del tren

Al cabo de un tiempo, la tristeza se vuelve aburrida tanto para la persona triste como para la gente que hay a su alrededor.

Sólo quería saber. Sólo quería ver.

No hay nada más doloroso y corrosivo que la desconfianza.

Una vez que tomo una decisión, soy una fuerza imparable.

(…) Estoy conectada con él. Ya no soy sólo la chica del tren que va de arriba abajo sin propósito alguno. Quiero que Megan aparezca sana y salva. De verdad. Pero todavía no.

Son lo que yo era. Son lo que perdí, son todo lo que quiero ver.

La vida no es un párrafo y la muerte no es un paréntesis.

Nunca le envidiaré su felicidad, sólo desearía que pudiéramos disfrutarla juntos.

Describes su comportamiento (leer tus emails, repasar el historial del navegador) como si fuera algo común, algo normal. No lo es, Megan. Invadir la privacidad de alguien hasta este extremo no es normal. De hecho, suele considerarse una forma de abuso emocional.

Voy a ir a la comisaría de policía para confesar. Voy a contárselo todo: que perdí mi trabajo hace meses, que el sábado por la noche estaba muy borracha y que no tengo ni idea de qué hora era cuando llegué a casa. Voy a decirle lo que debería haberle dicho ayer: que está buscando en la dirección equivocada. Voy a revelarle a Gaskill mis sospechas de que Megan Hipwell tenía una aventura.