Mil veces hasta siempre

tu no puedes de la otra manera, me contesto. Y yo no puedo de ésta

YO: ¿por qué?

Él: Me da la sensación de que solo te gustó a distancia. Necesito gustar de cerca.

sabía que daba asco. Lo sabía. Ahora estaba segura. No estaba poseída por un demonio. El demonio era yo

Y el problema es que cuando pierdes a alguien, te das cuenta de que al final perderás a todo el mundo

Yo no podía alegrarme, pero podía entristecer a la gente que me rodeaba

Eres tan real como cualquiera, y tus dudas te hacen más real, no menos.

el amor no es una tragedia ni un fracaso, sino un regalo.

Allí tumbada, pensé que podría querer a Davis toda mi vida. Nos quisimos. Quizá nunca lo dijimos, y quizá nunca estuvimos en-amorados, pero lo sentía. Lo quería, y pensé que quizá no volvería a verlo, y me quedaría atrapada echándolo de menos, y ¿no es horrible?

Nadie se despide de ti si no quiere volver a verte.

Lo miré por fin. Todo el mundo alaba el atractivo de los ojos verdes y azules, pero los ojos marrones de Davis tenían una profundidad que los colores claros no alcanzan, y su manera de mirarme me hacía sentir que también en mis ojos marrones había algo que merecía la pena.

Cualquiera puede mirarte. Pero muy pocas veces encuentras a alguien que ve el mismo mundo que estás viendo tú.