Esplendor

Diana está cansada de que su relación con Henry sea un tira y afloja constante, especialmente desde que este se casó bajo coacción con Penelope Hayes, pues esta amenazó con hacer pública la relación que mantenía su esposo con Diana. Henry, harto de ser mangoneado por su mujer y de no poder actuar con libertad, ya que eso iría en contra de los deseos de su padre (que quiere que su hijo sea ejemplar para apoyarle en su candidatura como alcalde de Nueva York), decide alistarse en el ejército de los Estados Unidos y marcharse al frente, dejando atrás su vida privilegiada, a su mujer Penelope y a su amada Diana. Pero Diana no está dispuesta a renunciar tan fácilmente a sus sentimientos por él y, aunque entiende las razones por las cuáles se ha marchado de la ciudad, ella también está cansada de tener que guardar las apariencias y de fingir que no está enamorada de un hombre casado, por lo que decide hacerse pasar por un chico y marcharse en busca de Henry. Termina viviendo en Cuba y disfrutando de la libertad de que allí nadie la reconozca y poder actuar como le plazca sin que juzguen sus modales por ser una señorita de clase alta. Durante su estancia, no dejará de buscar a Henry, mientras este sigue pensando que ha dejado a Diana en Nueva York.

Al tiempo que todo esto sucede en Cuba, los Schoonmaker fingen que Henry se ha convertido en un héroe americano gracias a su decisión de defender a su país y se encargan de construir una historia alternativa a su marcha, la cuál sirve para que todo el mundo vea a Henry con buenos ojos de cara a la campaña a la alcaldía de su padre y como un buen motivo para que Penelope se haya quedado sola estando apenas recién casados.

Por otro lado, tenemos a Lizy, la hermana mayor de Diana, que por fin parece que su vida ha dejado de estar repleta de malas noticias y ha formalizado su relación con Snowden, un antiguo socio comercial de su padre que apareció en casa de los Holland cuando más lo necesitaban, ayudándolas económicamente en todo lo que pudo. Debido al inesperado embarazo de Lizy de su esposo Will (que murió en un tiroteo de la policía pues se pensaban que había secuestrado a la chica), Snowden le propone matrimonio para ocultar este desliz y fingir ante los demás que el hijo que espera es fruto de dicho matrimonio, ya que Elisabeth se negó a abortar cuando le dieron la oportunidad porque ese bebé sería el único legado material que le quedaría de su difunto esposo. Lizy no está enamorada de Snowden, pero no le queda más remedio que aceptar su propuesta (que es la más sensata dada su situación) y, además, el hombre es muy bueno con ella y la cuida como si fueran una pareja de verdad, por lo que Lizy no puede quejarse ante este golpe de buena suerte. Parece que por fin las aguas vuelven a su cauce y todos los personajes están donde deben estar, pero, ¿cuánto durará?

Esta última novela ha sido, sin duda, vertiginosa. Todas las mentiras, traiciones y decisiones erróneas que tomaron los personajes en los libros pasados llegan aquí a su culmen, lo que ha hecho que haya devorado Esplendor deseosa de saber cómo concluyen las diversas tramas abiertas. Empezando por Diana, me sorprendió mucho que tomara la decisión de abandonar a su familia en secreto y marcharse a un país desconocido para buscar a Henry, de quien está profundamente enamorada. Digo que me sorprendió porque teniendo en cuenta todas las dificultades y zancadillas que ha tenido su relación y que Henry parecía no saber muy bien cómo gestionarlo, yo estaba convencida de que Diana le daría la patada y se olvidaría de él. Pero nada más lejos de la realidad, en cuanto recibe la carta de su amado contándole cómo se siente, cuál es su situación y que la única forma de escapar del infierno que está viviendo y distanciarse es apuntarse al ejército, Diana no duda ni un segundo en ir en su busca. Siempre me ha parecido una chica valiente, especialmente teniendo en cuenta sus circunstancias y las rígidas normas sociales que la rodeaban, pero cuando decide marcharse a Cuba me demostró que era un personaje consecuente con sus sentimientos, pasiones y deseos, por eso se ha convertido en mi favorita de las hermanas Holland.

La vida de su hermana mayor, Lizy, ha estado llena de desdichas. Perdió a su esposo durante un tiroteo y durante el libro anterior tuvo que fingir que, en realidad, era su secuestrador, para así seguir manteniendo las apariencias. Ahora está soltera y espera un hijo, por lo que cuando Snowden le plantea casarse con él para que tanto ella como el niño estén protegidos, Lizy se da cuenta de que es su única oportunidad de no ser repudiada ni por su estricta madre ni por la sociedad neoyorquina. Por más que no ame a Snowden y su corazón esté en otra parte, resuelve hacer lo correcto y no lo que le dictan sus sentimientos. Sin embargo, pronto se dará cuenta de que su nuevo esposo oculta algo y no es tan trigo limpio como parece. Respecto a esto, he de decir que sentí que la autora metió este giro un poco con calzador y que el desarrollo de esta subtrama se me quedó un poco corto, pero tampoco es muy molesto ya que es tan solo una excusa para que este conflicto se resuelva como al final lo hace.

Si tuviera que definir este fin de tetralogía con una palabra sería "satisfactorio". Pese a sus innumerables vicisitudes, Lizy por fin termina siendo feliz y la manera en que se resuelve este matrimonio por conveniencia y las decisiones que ella toma al final me encantaron porque era lo que yo quería que sucediera desde el libro anterior. La arpía de Penelope recoge lo que siembra y después de haber sido egoísta, caprichosa y calculadora, recibe de su propia medicina cuando comienza a interesarse en cierto príncipe y este termina rompiendo sus ilusiones y sus ínfulas de señorita importante, lo cuál me dio muchísimo placer porque de verdad que es un personaje detestable. El otro personaje que tiene lo que se merece es Carolina Broad, ex doncella de las Holland que finge ser de familia noble y consigue dinero vendiendo rumores de Diana y Lizy a Penelope. Cuando comienza a ser visible dentro de la alta sociedad, consigue un benefactor y este se encarga de proporcionarle una vida de lujo. Aunque no pierde su fortuna (por desgracia), sí que termina perdiendo algo más valioso porque finalmente sus múltiples mentiras y la vida falsa que se ha construido no se sostienen y su papel se derrumba como un castillo de naipes.

Aunque este ha sido mi libro favorito de los cuatro porque, como ya digo, cada personaje ha recibido lo que se merecía y, además, ha sido la novela que más me ha mantenido intrigada y en tensión, no sé muy bien qué opinar del final. En concreto, no sé qué opinión me merece lo que sucede finalmente entre Diana y Henry, los cuales se han convertido en la gran pareja de esta tetralogía. Por un lado, entiendo perfectamente la resolución de Diana, teniendo en cuenta todo lo que ha vivido y que desde el principio sabemos que detesta lo cerrada de miras que es la alta sociedad neoyorquina y que ella no encaja en sus estándares. Es por esto que comprendo el por qué hace lo que hace al final y, al fin y al cabo, es lo que se espera de este personaje viendo la trayectoria y evolución sufrida a lo largo de la tetralogía. No obstante, al mismo tiempo no puedo evitar que me dé un poco de lástima en qué posición pone eso a Henry después de todo lo que han tenido que padecer para estar juntos y ser felices. Siento que es un final agridulce y que ojala hubiera sido simplemente dulce, pero a su vez me doy cuenta de que, en el fondo, sigue siendo un buen final y, desde luego, la autora ha sabido bien cómo impactar a su lector.

Sin duda, Esplendor es un estupendo final para esta tetralogía. Como ya he mencionado, ha sido un libro satisfactorio pues todas las aguas vuelven a su cauce y los personajes obtienen lo que se merecen, ya sea para bien o para mal. Me lo he leído super rápido ya que creo que es el más trepidante e interesante de los cuatro y, definitivamente, es una saga que recomiendo si os gusta el romance y queréis leer algo lleno de dramas, traiciones y secretos.
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*SPOILER*
Diana Holland viajó de Chicago a Cuba en busca de su amor, Henry Schoonmaker, quien se unió al ejército para escapar de Penélope, su intrigante esposa. Con la intención original de ocupar un puesto en acción en Filipinas, Henry tiene que conformarse con un puesto cómodo en Cuba, después de la retirada española, debido a la influencia de su padre. Penélope disfruta de su vida como realeza de Nueva York, pero cuando un príncipe llega a Nueva York, se da cuenta de que puede haber conseguido algo grande. Mientras tanto, muy embarazada y recién casada con el socio comercial de su padre (para cubrir su anterior y escandaloso matrimonio que provocó el embarazo), Elizabeth Holland se instala en su nueva vida como esposa. Pero pronto se da cuenta de que no es todo. Está loca por serlo y que tal vez no conozca realmente a su marido. Y Carolina Broad, la ex sirvienta de Elizabeth que ha escalado en las filas sociales, parece tener propinas para cosas aún mayores, si su pasado no regresa para perseguirla.

Diana sigue siendo mi personaje favorito. Ella es simplemente genial. Una chica completamente moderna que anhela cambiar su vida de la que nació a la que quiere. Ella permanece profundamente enamorada de Henry, aunque su romance se frustra continuamente. de hecho, hablemos de su romance por un segundo. Me encanta. No hay nada mejor que el romance inconveniente en la Edad Dorada, ya que simplemente sabemos que no pueden actuar sin escándalo. En este libro son probablemente donde están más "juntos". Dejan de esconderse tanto y se escabullen, lo cual me ha encantado. Penélope, a quien es imposible gustar, brilla aquí porque no siempre consigue lo que quiere. Ver a Penélope algo descompuesta la convierte en un personaje mucho más lamentable y creíble. Es más fácil entender que su complicidad fue simplemente un intento de hacerse feliz. Lina es probablemente mi personaje menos favorito del grupo, aunque todavía encontré su historia convincente. Aquí ella sube y baja y sube y baja y al final estaba bastante contenta con donde la dejaron, a pesar de que yo quería algo más porque se me ha quedado en nada. Mi principal problema vino con el final. Ahora procederé a hablar de ello con franqueza y, dado que tengo problemas para descubrir cómo ocultar los spoilers, no leer lo que viene ahora. Entiendo lo que Godbersen estaba tratando de hacer con este final de esta serie, donde Elizabeth se instala en su tranquila y merecida vida con Tedding Cutting, y Lina sigue organizando sus fiestas con brillo de "dinero nuevo" sin arruinar las cosas para ella. Penélope y Henry viven sus vidas uno al lado del otro pero separados, y Diana vive su vida y tiene sus aventuras en el extranjero. Siento que los personajes necesitaban sus finales felices, no sus finales agridulces. En otras palabras, Diana y Henry realmente necesitaban terminar juntos. Simplemente habían pasado por demasiado para que no lo hicieran. Quiero decir, ella lo siguió a la guerra porque no podía soportar estar separada de él, pero luego, cuando él estuvo dispuesto y fue capaz de ir con ella a París, ¿decide que necesita quedarse en Nueva York? Muy molesto. Ahora, nada de esto realmente ha hecho que no disfrutara del libro, pero después me dejó con un sentimiento de tristeza. Sobre todo porque pensaba que Henry, a pesar de sus locuras, merecía ser feliz y parecía bastante claro que nunca lo sería.

Es una saga que logra que te enganches a sus enredos y muy Gossip Girl.