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ISBN : B0869JDTRC
95 páginas
Editorial: No reconocida (23/03/2020)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 4 calificaciones)
Resumen:
57 segundos duraba un trayecto en ascensor.57 segundos confirmaban el deterioro de mi pequeño mundo.57 segundos me invitaban a hablar, a entablar amistad.57 segundos contenían mi vida.57 segundos, para subir al cielo, volver a bajar y empezar a caminar de nuevo.Me llamo Nur y un ascensor cambió mi vida.
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Críticas, Reseñas y Opiniones (4) Añadir una crítica
LAKY
 23 May 2020
Unos días antes de publicarse esta novela, la autora hizo una pregunta en facebook: ¿a qué creéis que se debe el título? Supongo que nadie acertó. No era fácil. 57 segundos es el tiempo que tarda en subir o bajar el ascensor que el padre de Nur está construyendo en la localidad donde viven. Y esto da pie a la autora para hablarnos de las relaciones padres-hijos, de política, de ambición desmedida, del correr para llegar ¿a dónde? Todo eso envuelto en poesía, la poesía que le gusta leer a Nur y que, según sus padres, no sirve para nada.

Nur es hija de unos políticos. La madre es diputada y está fuera casi toda la semana. Siempre tiene prisa, ha de hacer las cosas bien para seguir subiendo, para llegar “arriba”. Su padre también es político aunque de la localidad donde vive. Él no viaja pero también es un padre ausente. Ambos son muy ambiciosos y quieren subir y subir en su trabajo, se agobian porque no llegan. Pero Nur no entiende a dónde tienen que llegar. Por ello, a pesar de vivir bien, con todas sus necesidades vitales más que satisfechas, incluso con una nanny que le habla en inglés, la niña no es feliz. Tiene de todo salvo lo que más necesita: la atención de sus padres.

Al padre le surge la posibilidad de llevar a cabo un gran proyecto: la construcción de un gran ascensor que una la parte alta y baja de la ciudad. Es probable que le haga famoso. Una vez construido todo son preocupaciones: que si no lo coge suficiente gente, que si las estadísticas, que si tal, que si cual… Vamos, sigue en un sinvivir. Pero a Nur el ascensor le encanta; especialmente un viejillo que se pasa las horas muertas allí, sentado en el banco que el ascensor incorpora. Un hombre que no dice nada –Nur hasta llega a pensar que es mudo- pero que le transmite una gran sensación de calidez y bienestar. Pero, claro, no todo el mundo piensa igual y eso de tener ahí un hombre pobremente vestido día sí, día también, molesta a algunos de los habitantes de la ciudad…

Virginia Gil tiene un estilo característico, que se repite en todos sus libros. Creo que podría leer una historia firmada anónimamente y saber que es suya. Todos esos elementos se dan también en “57 segundos

Por ejemplo: la aparente sencillez de la historia. Es éste un libro que podría leerse perfectamente por un niño de nueve o diez años. El lenguaje usado es sencillo, el estilo directo, sin historias raras, el libro se lee bien y de forma fluida… Parece un cuento para niños. Y, sin embargo, no lo es. Porque es de esos libros que admiten más de una lectura, una superficial e infantil y otra más profunda y adulta. Y si lo lees de esta segunda forma ves que en él hay mucho de crítica. Crítica a esos padres que descuidan anímicamente a sus hijos, crítica a esos políticos que hablan mucho pero no dicen nada (el padre de Nur es un gran ejemplo, no sabe ni hablar con propiedad), crítica a quienes van corriendo a todas partes para llegar a ese sitio que ni ellos saben cuál es, crítica a ciertos sectores de la sociedad que miran por encima del hombro a quienes no son de su clase o condición, etc… Los niños no se darían cuenta de la mayoría de estas cosas (del abandono de Nur sí, pero poco más) pero los adultos nos damos cuenta de todo y el tema nos dará que pensar.

Como la mayoría de sus novelas, ésta se desarrolla en Fuenterrabía (Guipuzcoa). de hecho, yo conozco y he subido en ese ascensor que conecta la parte alta y la parte baja del pueblo. Es verdad que la autora no da datos de posición pero, si conocéis la zona y si habéis leído alguno de los libros anteriores, es probable que caigáis en qué lugar es.

Como en muchos otros de sus libros, la mayoría de los nombres tienen un significado. Todos son cortitos, de una o dos sílabas pero contundentes. Vuelve a salir la profesora Ona de “En la calle Mayor”, la “mejor” profesora del mundo (ona es buena en euskera). ¿Y Nur? Parece que es una palabra de origen árabe que significa luz y la verdad es que le pega a la protagonista del libro. Pero a mí me gusta más su significado en alemán “solamente”, que describe a la perfección cómo se siente la pobre niña, sola.

Otra de las características que comparte con los otros libros de la autora, es la importancia que se da a las palabras y al lenguaje como forma de comunicación y transmisión. En esta ocasión, se centra en la poesía, lugar en el que Nur se refugia y que sus padres niegan por no servir para nada. A lo largo de la novela se recoge algún extracto cortito de varios poemas y al final de la misma, en un apéndice, podemos leerlas enteras.

Conclusión final

He disfrutado mucho con estos “57 segundos”. Me han hecho plantearme cosas de mi relación con mis hijos y de la vida en general. Y, como siempre con los libros de Virginia, me ha dejado una sensación muy placentera. Es cierto que esta novela es más agridulce y menos feel-good que otras pero, como se suele decir, la cabra tira al monte y la autora no puede evitar acabarlo todo con una sonrisa.
Enlace: https://librosquehayqueleer-..
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carlotenia
 03 June 2020
Esta es la segunda novela que me leo de la autora, la primera, La Pintura de la Voz, me gustó bastante, así que cuando tuve la oportunidad de repetir, no me lo pensé, aunque aún tengo pendiente leer sus otras obras, mientras, os dejo por aquí mi anterior reseña para que conozcáis más de la autora: https://losauguriosdelaluna.blogspot.com/2018/07/resena-novela-la-pintura-de-la-voz-de.html

Pues bien, esta vez nos volvemos a encontrar con una protagonista femenina, una chiquilla, que se llama Nur, debería ser una niña feliz porque es hija de dos políticos famosos (su madre más que su padre), tiene todo lo que quiere, (en teoría), y por tener tiene hasta nanny que le habla en inglés.. Qué más se puede pedir? Pues está claro, unos padres que la acompañen, que estén con ella, que no se sienta abandonada, y que cuando están (porque puede ser peor el remedio...) que no la opriman, que la dejen ser tal como es ella, no la atosiguen queriendo modelarda como ellos persiguen... Por esto y tanto más Nur se ha tenido que buscar un amigo imaginario, que se llama Mat.

Esta es la premisa con la que comienza el libro. En el primer capítulo, titulado Podrías..? La madre de Nur ya me cae fatal...

¿Podrías ponerte recta, por favor?
¿Podrías lavarte las manos, por favor?
¿Podrías jugar con las niñas con las que te corresponde, por favor?
¿Podrías no trabarte al hablar, por favor?

Por favor! Eso digo yo, se puede ser una madre más repelente, más exigente, y que amordace más a su hija? Ni que decir tiene que la hace vestir con lo que ella considera adecuado, le dicta unas normas de comportamiento que son una locura para una niña... Pero ah, claro, es que su madre es política y tiene que dar siempre buena impresión, de familia intachable y todo eso... Tiene un desastre en casa pero todo tiene que parecer maravilloso...

En cuanto a su padre, pues está a la sombra de su madre, también es político pero como de segunda porque si madre ahí es la que triunfa pero los dos quieren más y más y más. Pero están todo el día nerviosos, estresados, enfadados... ¿De verdad compensa?. Me gusta mucho la autora porque en sus novelas nos hace pensar, plantearnos cosas, es como muy didáctica y esto es genial, sobre todo hoy día. Sus libros nos dan lecciones de vida y de moral, y personalmente creo que muy recomendables para que los lean nuestros hijos, adolescentes y por supuesto mayores, no hay edad para leer a Virginia, la enseñanza la vas a recoger siempre.

El relato del libro va a cargo de Nur, ella es la que nos va contando su día a día, incluso nos reproduce las visitas que realiza con su madre al médico (porque tiene que estar enferma, es imposible que su hija sea así), o a la profesora (que le tiene que estar enseñando mal o bien su hija es tonta). También nos cuenta acerca de su amigas (que quizás no son tan amigas). Tiene estructura como si fueran los días de un diario, pero no hay fechas, y es como si ese amigo imaginario fuera el nombre del diario, y al que le cuenta como transcurre su día. Me ha gustado mucho esta manera de hacer la lectura porque yo también bautizaba a mis diarios jejejeje. Así, aparte de ser una novela corta de unas 130 páginas, se lee muy rápido porque es como si en realidad Nur a través del libro te estuviera hablando a tí. Ya os garantizo que no os va a pasar de una tarde. Y son tantas cosas las que vais a obtener! Varias enseñanzas, entretenimiento, momentos de sonrisa, son esas novelas amables que tanto nos dan a los lectores.

De repente, a mitad de la historia, cuando ya conocemos a los personajes, hemos empatizado totalmente con Nur y sabemos como va todo, le crecen los problemas. Y es que a su padre le han encargado un proyecto muy importante para la ciudad, y es algo que puede encumbrarlo a los cielos (nunca mejor dicho), y hacer que destaque incluso más que su mujer. El proyecto del ascensor de la ciudad, que conectará la parte baja con la parte alta. Tengo que confesar que así en abstracto no me lo imaginaba, aunque aparece bien trazado en la portada, pero la sorpresa ha sido mayúscula cuando investigando he descubierto que el ascensor que da título a la novela existe, y está en Hondarribia, donde vive la autora. La verdad, me parece super original y ahora cobra mucho más sentido la lectura. Ya os digo siempre que hay que investigar acerca de lo que vamos leyendo, sea una novela histórica, un thriller, o una novela feelgood, así será más enriquecedora.

El padre de Nur se pondrá histérico con el ascensor, es su gran oportunidad, y finalmente, parece que es un éxito... Y la vida cambiará para su hija cuando se monte y descubra que en los 57 segundos que dura el viaje, puede descubrir muchas cosas, vivir experiencias, conocer el lado más venenoso de la gente, ser capaz de indignarse y sacar pecho ante las injusticias, conocer a una persona maravillosa que le hará ver la vida de otra manera y regalar instantes de felicidad a las personas que desean recibirla, a través de la poesía, porque claro está, en los libros de Virginia no pueden faltar las letras, la poesía y la lectura y eso es algo que caracteriza sus historias.

Aventuras y desventuras por medio, problemas con el ascensor, pasan muchas cosas pese a ser una obra corta, y por supuesto tenemos un final para Nur y su familia que nos dejará con buen sabor de boca porque eso está asegurado con esta autora. Cerraremos las páginas con una sonrisa en la boca, nos sentiremos bien, y eso es algo que necesitamos muy mucho en los tiempos que corren!

Os doy otro dato más y es que en las páginas finales del libro encontraremos algunos versos y poemas que van apareciendo a lo largo de las páginas de la novela y de las paredes del ascensor de recorrido de 57 segundos, y eso me parece un plus! Encontraremos poesía de Fernando Pesoa, Kipling o Shakespeare.


Enlace: https://losauguriosdelaluna...
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Letrasdeluz7
 07 July 2020
Nur es una niña solitaria, enamorada de la poesía y muy segura de lo que es pero, sobre todo, de lo que no. Sus padres son políticos y lo único que les importa en la vida es el éxito y llegar lo más alto posible. Nur jamás entendió dónde estaba ese lugar tan alto.

La niña tiene todo lo que podría desear, incluso la mujer que se ocupa de su cuidado le habla en inglés para que aprenda el idioma, pero a Nur eso no la hace feliz, pues no tiene lo realmente importante para ella, que es la atención de sus padres.

La madre de Nur está obsesionada con su trabajo y con la apariencia y las formas correctas, y siempre está intentando corregir a la niña diciéndole cómo tiene que sentarse, cómo tiene que vestir, cómo tiene que hablar… cuando realmente Nur es feliz hablando solo con Mat (su amigo imaginario), leyendo poesía y vistiendo con vaqueros.

El padre solo piensa en cifras, números y estadísticas por todos lados. Un día, cuenta a su familia la noticia de que va a construir un ascensor que conecte la parte de arriba de la ciudad con la de abajo; el trayecto dura 57 segundos. Aquí empieza la historia de cómo un ascensor cambió la vida de Nur.

En sus idas y venidas en el ascensor se da cuenta de muchas cosas, pues observa a los habitantes que se montan, qué miran y de qué hablan en el trayecto. También conoce al señor Lif, un señor mayor que está siempre allí y que enseguida transmite a la niña una sensación de confianza.

57 segundos es una novela corta, escrita con lenguaje sencillo que puede ser leída tanto por niños como por adultos. Es una manifestación de sentimientos y emociones que llegan al alma y hacen empatizar con la pequeña. Algo que me gusta mucho cuando leo un libro es sentirme, en mayor o menor medida, identificada con algún personaje. Con Nur ha sido así, aunque no por los mismos motivos, pero siempre tuve la misma sensación que ella de no encajar, y tener que refugiarme en los libros, como ella hace con la poesía.

Otro detalle que me ha encantado es la referencia a varias poesías durante toda la novela, y el hecho de incluir al final algunas de ellas completas.

En definitiva, me ha gustado muchísimo, se puede leer rápido, ya que tiene poco más de 100 páginas, pero recomiendo leerlo tranquilamente y disfrutando de cada palabra.
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sanhezped
 20 May 2020
Al igual que el resto de las novelas de Virginia Gil Rodríguez, 57 segundos es una novela breve de poco más de cien páginas. Como ya ocurre en alguna de sus novelas, casi más parece un cuento para adultos que una novela esta historia de una niña que se encuentra sola en la vida.
A ello contribuye además del tono en que está escrito y cómo nos lo cuenta, la deslocalización del lugar en el que transcurre la acción. Una ciudad que por los detalles que da no podemos identificar con ninguna.

Nur es una niña que vive en soledad, no porque no tenga padres, sino porque éstos viven muy ocupados en sus puestos políticos. Suy padre es concejal del ayuntamiento y su madre ocupa un alto cargo en la política. Algo que les lleva mucho tiempo, porque quieren llegar muy arriba.
Un concepto que Nur evidentemente no entiende.

Su madre además, no termina de aceptarla como hija. La relación con su hija arranca siempre con un “¿Podrías?” Nur está muy lejos del ideal de hija que su madre desea, demasiado alta, desgravada, con gustos diferentes, con un estilo que no se asemeja al que su madre desea… Y encima, le gusta leer poesía.
Pero todo cambia cuando su padre consigue llevar adelante uno de sus proyectos: La construcción de un ascensor que une la parte baja de la ciudad con la alta. Un ascensor que tarda 57 segundos en su recorrido. 57 segundos que cambiarán para siempre la vida de Nur cuando conoce allí a una persona que comparte con ella su gusto por la poesía.


La poesía, uno de los temas fundamentales de esta novela. No es la primera vez que Virginia Gil aborda el tema de los libros en sus novelas (lo hacía por ejemplo en La pintura de la voz, donde se hablaba del hecho de escribir historias), pero en 57 segundos lo hace de un modo directo al abordar el mundo de la poesía.
He de reconocer que la poesía es algo que nunca me ha llamado la atención. Y desde luego, solo la disfruto si es en dosis mínimas y espaciadas, algo que se da desde luego en esta novela.
Porque en ella aparecen pequeños fragmentos de poesías que a mí me han llamado mucho la atención y seguro que a ti también te la llamarán. Pequeñas píldoras que van directas al corazón.


Las novelas de Virginia Gil Rodríguez están cargadas de sentimientos y 57 segundos no es una excepción. Es muy difícil no sentir la necesidad de dar un abrazo (¿o será que estamos en cualquier caso muy necesitados de darlos en estos momentos?) a esta niña tan falta de afecto y cariño cuya única válvula de escape es la lectura de poesía y ese amigo imaginario que tiene.
Con todo, no es un libro triste, pese a la dureza de esa soledad, porque está contada con mucho sentido del humor, ese que nos muestra la incomprensión de una niña inocente frente al absurdo del mundo de los adultos y sus metas. Fragmentos como la visita con su madre al médico para que la cure de ser la hija que es, tienen micha retranca.

Una historia que se lee con mucha rapidez y que, sin ser una novela feel good (no es ese el estilo de la misma), no dejan sin embargo de dejarte muy buen sabor de boca al leerla. Aunque bien es verdad, que es un sabor un tanto agridulce.

Muy recomendable para desintoxicarse tras la lectura de novelas complejas o muy largas.
Enlace: http://www.elbuhoentrelibros..
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Citas y frases (5) Añadir cita
Letrasdeluz7Letrasdeluz701 July 2020
Al final éramos similares, solitarios y errantes; por algo nuestros silencios simpatizaron.
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sanhezpedsanhezped20 May 2020
¿Es acaso la vida un gran juego de la oca en vertical en el que se avanza de casilla en casilla, por escaleras y ascensores, hasta llegar a la meta?
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Letrasdeluz7Letrasdeluz730 June 2020
Éramos dos prefectos desconocidos que compartían soledad y poesía.
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Letrasdeluz7Letrasdeluz730 June 2020
Es más cómodo reparar en lo de fuera que en lo que uno lleva dentro.
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Letrasdeluz7Letrasdeluz730 June 2020
Era imposible temer a una persona que miraba y sonreía con luz.
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