Los templarios

El gran maestre templario Thomas Béraed, aunque subrayaba que el Temple pertenecía al papá y que, por tanto, sus hombres se someterian en cualquier caso a la voluntad del pontífice, denunciaba que la fusión era tan solo un recurso de las coronas europeas para aegurarse el control de las órdenes en su reino

La rabia y el dolor me llenaron de tal modo el corazón que poco faltó para que me quitara la vida
o abandonara la cruz que abracé
en honor de Aquel al que en la Cruz pusieron;
porque ni la cruz ni la fe me ayudan ni protegen
contra los turcos malvados, ¡que Dios los maldiga!;
al contrario, por lo que se puede ver, parece que Dios los asiste en nuestro perjuicio.

Inocencio III llevó a cabo diversos actos de indulgencia con el fin de que el durísimo código disciplinario resultara más fácil de satisfacer sin traicionar sus ideales

El sultán (Saladino) únicamente se ensañó con los templarios y con los hospitalarios, debido a los daños que la preparación militar de éstos había provocado en el ejército islámico

Jerusalén volvía a manos islámicas antes de cumplirse un siglo de su conquista; los cristianos ya no volverían a recuperarla. La reliquia de la Vera Cruz se perdió definitivamente

El ejército cristiano llegó al altiplano situado sobre Hattin y se detuvo junto a una colina "Los cuernos" y sufrió la derrota más grave de toda la historia de Outremer. Los templarios y los hospitalarios cayeron por centenares y Saladino los dejo a merced de la ferocidad de un grupo de fanáticos musulmanes que se había unido a su ejército

El patriarca no coronó a ningún rey porque el marido de Sibila, Guido de Lusignan, era aborrecido por los varones y el pueblo

El territorio ocupado por los cristianos en Siria-Palestina (llamado Outremer) era una estrecha zona del litoral que se extendía desde Armenia hasta los límites del califato fatimí de Egipto. El asentamiento franco se dividía en cuatro grandes estados: el reino de Jerusalén; el condado de Trípoli; el Principado de Antioquía y el condado de Edesa

Los templarios se hallaban en el corazón mismo de las negociaciones, en más que manifestaban una insólita capacidad de diálogo

Los templarios, al igual que otras órdenes religiosas e incluso que los obispos, prestaban dinero a una tasa de interés en general moderada