Los templarios

El Temple se convirtió en un complejo y poderoso organismo supranacional: cada una de sus provincias principales se confiaba a un comandante (preceptor) y se dividía en circunscripciones menores (balivie, especie de alcaldía)

El maestre del Temple debía poseer la experiencia necesaria para gobernar una estructura supranacional que era, al mismo tiempo, un ejército, una organización financiera al servicio de la cruzada y un eficiente cuerpo diplomático

El Temple es indiscutiblemente lo mejor que el Medioevo clásico haya producido en cuestión de disciplina militar

Cuando un fraile ve que ya no queda ningún estandarte del Temple al que acudir, habrá de dirigirse al primer estandarte de los Hospitalarios o de otros combatientes cristianos que encuentre

Los que no provenían de las filas de la aristocracia militar eran bien aceptados en la.orden, pero. o debían ocupar posiciones superiores a las de quienes habían nacido y crecido en un grupo familiar de rango caballeresco, ni asociarse jamás a ellos en la misma función

A ojos de Adán Bernardo,. caballero templario ideal era el viudo de edad madura, que podía dejar el gobierno de la casa al hijo primogénito para dedicar el resto de su vida a la milicia religiosa

Me refiero a un nuevo tipo de caballeros, absolutamente desconocido en los tiempos precedentes, que, sin escatimar esfuerzos, libra una lucha en dos frentes: contra la carne y la sangre y contra los espíritus malignos que merodean en el alre

En reconocimiento a la sangre ofrecida en defensa de la fe cristiana, se concedía a los templarios plena autonomía respecto de la jerarquía eclesiástica regular y secular, lo que quiere decir que la orden estaba exenta incluso de obediencia a los patriarcas y solo era responsable ante el papa

¿Como se podía pretender que los caballeros del Temple, originarios de aquel mundo y educados desde la infancia en ese modelo de comportamiento, renunciaran de la noche a la mañana a semejante estilo de vida? Bernardo y Hugo de Payens sabían bien que existía una única manera: aislar a los que poseyeran un sentimiento religioso más acusado

Abrigaba serias dudas de que fueran conciliables con la naturaleza de cualquier orden religiosa. Arrogancia, afición al lujo y la ostentación, desprecio de la vida humana, predisposición a la agresividad y la violencia, que la mentalidad de la aristocracia guerrera exaltaba como manifestaciones del coraje, el mayor mérito de un caballero