El hechicero, de Vladimir Nabokov, es una novela muy cortita, o un relato muy largo que sirve como boceto, de su obra más aclamada: Lolita. En palabras del propio autor fue la "primera palpitación de Lolita", una inspiración lejana para, posteriormente, crear a su Humbert Humbert y a Dolores Haze. Sin embargo, en esta antesala ninguno de los personajes tiene nombre propio y están trazados de forma mucho más difusa. En realidad, tanto los escenarios, la trama como la psicología de los personajes están intencionadamente desdibujados, como si Nabokov hubiera querido ser gráfico en un contexto muy impreciso. En Lolita, por el contrario, toda la acción está repleta de detalles. Es una historia que parece una suerte de paisaje onírico, de pesadilla. Su final es de los mejores finales que he leído, con la prosa lírica nabokoviana en su máxima expresión. Es un cuento que Hollywood ha querido pintar de rosita, cuando en realidad es algo que está infectado, que supura dolor, abuso y dinámicas de poder, algo que en realidad sabe a cenizas. + Leer más |