Miguel Delibes siempre ha sido uno de mis escritores favoritos del mundo mundial. Me enamoró en mi adolescencia con varios de sus títulos que nunca había vuelto a leer. No soy amiga de relecturas pero quería volver a acercarme a este autor y ya de paso cumplir alguna de las premisas de mis retos de 2023. Por hacerlo diferente he decidido esta vez escuchar este título en audiolibro (por eso de sentir que no es relectura 😉 ). ¿Me ha gustado? Por supuesto. Aunque he de decir que visto desde mis ojos de adulta he reflexionado sobre muchas cosas que imagino que en su momento no hice, o quizás sí y no lo recuerdo. Lo primero que hago cuando leo un libro que no es actual, es intentar situar mi mente en ese momento histórico, lo haya vivió o no como es en este caso en el cual la historia se sitúa en el 72. Si no hago esto lo que ocurre es que veo un millón de cosas que a día de hoy son para poner el grito en el cielo. Haciéndolo, las sigo detectando, las sitúo en su momento y doy gracias porque muchas hayan cambiado. Después de este rollo que os he soltado os doy mi opinión sobre Quico, de 3 años, quinto hijo de una familia bien, de esas que tienen en casa dos criadas que ha sido destronado hace tan solo 1 año por su hermana Cristina. Lo primero decir que el manejo de Delibes con las historias, los diálogos y los personajes me parece magistral, sin llegar a decir todo nos pone totalmente en situación y nos hace conocer o creer conocer a los personajes que pueblan esta casa. En esta breve historia en la que el protagonista indiscutible es Quico, también podemos percibir la diferencia de clases, la diferencia entre la educación actual y la de aquellos años, la presencia de la religión y su opresión hasta en los más pequeño,s así como por supuesto el papel tan diferente que tenían las mujeres en aquel momento. Lo mejor de la historia son las tiernas ocurrencias del niño, como vive la familia lo que va pasando. Una historia que transcurre en un solo día plagada de diálogos y situaciones que te sacan una sonrisa. + Leer más |
Miles de personas han acudido este domingo a la catedral y al teatro Calderón para despedirse de Concha Velasco que falleció este sábado a los 84 años. El cortejo fúnebre ha llegado este mediodía a Valladolid, la ciudad natal de la actriz. Tras oficiarse el funeral en la Catedral de Valladolid, los restos de Concha Velasco serán depositados en el Panteón de Personas Ilustres del cementerio de la ciudad, junto a otras personalidades destacadas de la ciudad como Miguel Delibes, José Zorrilla y Rosa Chacel.
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