La última entrega de la serie desvela, por fin, los misterios que encierra la historia de Julia y sus amigas al tiempo que su protagonista, María, se resigna a su destino y la aventura que este le tiene preparada; una que, en realidad, ella no desea vivir. María es la más dulce y tranquila de las cuatro aunque, ahora, deberá afrontar una situación complicada y de enorme responsabilidad. Me ha gustado cómo Kate Dawson la dibuja porque es fácil comprender sus miedos, inseguridades y el estrés que eso supone para ella, pero, aun así, la maestra se arma de valor y planta cara a los enemigos más temibles demostrando toda su valía. Me ha encantado un personaje secundario, Ailin. La niña es adorable y su relación con María es tan bonita que, en mi opinión, es uno de los puntos fuertes de la novela. |