La cata

3/5
Acerca de la obra:
Este breve relato se publicó en 1945 por la edición de Ladies Home Journal y, más tarde, en 1951, en The New Yorker

Trama:
La historia se presenta cuando Mike Schofield, hace todo un banquete para recibir a sus invitados: su esposa, su hija, un corredor de bolsa, un gastrónomo y Richard Patt. Mientras se encuentran cenando Patt sugiere hacer una apuesta para adivinar el origen del vino a cambio de algo significativo para Mike. El señor Mike después de meditarlo por un largo rato accede, pues ve imposible que pueda adivinar.

Opinión:
La historia es bastante peculiar e interesante; la manera en cómo se presenta y desarrolla es, sin duda, lo mejor del libro.
Pero no me ha gustado por algunos aspectos:
1. Los personajes que aparecen no se desarrollan y sólo forma parte de un papel insignificante, si bien, entiendo que hay un protagonista, a este tampoco se le toma la importancia necesaria para desarrollarlo.
En cada obra, los personajes siempre deben ser, una de las cosas, más importantes de la historia, para que empatices y disfrutes de la obra. Aunque en esta ocasión no lo fue.
2. El final; nunca me han gustado los finales abiertos y muchos menos los finales pobres. Este final llegó, a mi parecer, muy débil, sin una hilacion sólida de argumentos necesarios para dar vida a ese final.

Recomendación:
Es una historia fácil de leer, por lo corta que es, pero si quieren conocer la prosa del autor no creo que esta se la más adecuada para hacerlo; te quedas con muchas dudas de la historia y un final que complica todo.

Roald Dahl se desenvuelve especialmente bien en los relatos: sabe mantener el ritmo y da a las historias un toque perverso que hace que esperes el final con aprensión. Aún me acuerdo de un libro que leí hace veinte años, Kiss Kiss, que recoge varios relatos cortos de Dahl: uno de ellos, con el inocente título de William and Mary, me caló tanto que aún me vienen a la memoria de vez en cuando retazos de «la historia aquella que va de un cerebro».

De todas formas, Dahl también escribió relatos más amables, como este que traigo hoy. Lo vi anunciado en su día en las redes de la editorial Nórdica y hace poco me lo encontré en la biblioteca. Pese a que llevo una temporada que no he tenido tiempo de leer nada, vi que era un libro muy cortito y decidí llevármelo.

El narrador nos cuenta una velada que pasó en casa de un corredor de bolsa londinense, Mike, donde también era un invitado habitual el gastrónomo Richard Pratt, un hombre desagradable que enseguida se gana la animadversión de los presentes (y del lector). En esas veladas Mike y Richard suelen hacer pequeñas apuestas sin importancia con el fin de adivinar el vino que el anfitrión sirve en la mesa, pero esa noche la apuesta parece ir un poco más allá. El lector asiste impotente y con inquietud al curso de los acontecimientos sin saber en qué terminará la loca apuesta...

Esta lectura ágil, breve y con el ritmo inconfundible de Dahl es redonda, y además viene acompañada de un contrapunto perfecto: las magníficas ilustraciones de Iban Barrenetxea, que ayudan a poner en contexto al lector perfectamente y están cargadas de un fino sentido del humor. La impecable traducción la firma Íñigo Jáuregui.

En definitiva, un libro que se lee en un suspiro firmado por uno de los maestros de la literatura inglesa y que, dada su brevedad, conquistará incluso a los lectores más reticentes. Además gira en torno al vino, por lo que también constituye un regalo ideal para enólogos y aficionados. Yo tuve que devolverlo a la biblioteca, pero no descarto hacerme con él en esta próxima feria del libro de Madrid. Por cierto, se lo recomendé a mi madre (en un momento en el que no tiene el ánimo para centrarse en lecturas, la pobre) y le gustó muchísimo, tanto la historia como las imágenes. En definitiva, ¡este libro es un acierto seguro!
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