Observa con ojos brillantes el mundo que te rodea porque los secretos más grandes están siempre escondidos en los sitios más insospechados.
|
Observa con ojos brillantes el mundo que te rodea porque los secretos más grandes están siempre escondidos en los sitios más insospechados.
|
Algunas personas, cuando ya han soportado demasiado y se han visto empujadas más allá de los límites de su resistencia, simplemente se vienen abajo y se rinden. Hay otras, aunque no son muchas, que por alguna razón serán siempre inconquistables. Las encuentras en tiempo de guerra y también en tiempo de paz. Poseen un espíritu indomable y nada, ni el dolor ni la tortura ni la amenaza de muerte, logrará que se rindan.
|
—Sí, ha muerto—contestó el joven—. Si regresa a casa conmigo, la desenterraré para que lo compruebe usted mismo. —¿ A qué profundidad la has enterrado?—inquirió el médico. —A unos dos metros o algo más, creo. —Y ¿hace cuánto? —Pues unas ocho horas. —Entonces está muerta—anunció el médico—. |
Ahora que pienso en ello, ni una vez durante todo ese tiempo sentí calor, frío, hambre o sed. No sentí nada de eso. No sentí miedo porque sabía que no había nada que temer. No sentí preocupación porque no recordaba nada de lo que preocuparme, ni podía imaginar nada que me pudiera preocupar. No sentí deseos de hacer nada que no estuviese haciendo en ese momento ni de tener nada que no tuviese, porque no había nada que quisiera hacer o que quisiera tener. Sólo sentí el placer de estar donde estaba, de ver la maravillosa luz y el maravilloso color que me rodeaba.
|
Gregorio Samsa es un ...