Rayuela

Obra maestra de la literatura argentina. Puede leerse de dos formas distintas, yo lo hice de las dos, y disfruté mucho en ámbas.

Rayuela de Julio Cortázar rompe con la estructura tradicional de la novela, invitando al lector a un juego de exploración y construcción personal. La historia de Horacio Oliveira y la Maga se desarrolla en dos planos: el lineal y el del "Tablero de Dirección", que permite una lectura alternativa. La prosa poética de Cortázar y la riqueza de sus personajes convierten a Rayuela en una obra maestra de la literatura universal.

Lectura imprescindible. Me ha descubierto una manera diferente de enfrentarse a la lectura. Descubres personajes que se convierten en inolvidables desde el primer momento. Aprendes lo que tiene de grandioso el jazz, el arte de ese momento en el que se desarrolla la historia. Imprescindible.

Con un total de 155 capítulos, el libro puede leerse de dos maneras. al principio encontramos el "tablero de dirección", donde el autor explica estas dos opciones. La primera es la tradicional: empezar por el capítulo uno, seguir por el dos y así sucesivamente hasta terminar con el capítulo 56. La segunda opción es empezar en el capítulo 73 y seguir el orden propuesto por el autor.

Para mí fue complicado elegir un camino u otro porque tenía la sensación de que, según mi elección, mi experiencia con esta novela sería diferente. Reflexioné y llegué a la conclusión de que la lectura lineal sería similar al "nivel normal" y la lectura a saltos sería "nivel difícil". Desde el principio tenía claro que tendría que leer dos veces este libro para sacarle todo el jugo, así que prefería llevar un orden. Por esa razón elegí primero la lectura lineal.

Aún habiendo elegido esta opción, desde el principio la novela me pareció compleja porque los sucesos no seguían ningún orden y la mayoría no tenían ninguna relevancia. Me sentí bastante perdida, como si hubiera encendido la televisión y encontrara una película ya empezada y desconociera qué ha ocurrido al principio. al no haber una presentación de los personajes no entendí porqué actuaban o hablaban de esa manera. No simpaticé con ellos porque no los conocía.

Rayuela no cuenta con una historia tradicional, es decir, no hay una estructura de principio-nudo-desenlace. En su lugar hay escenas cotidianas salpicadas constantemente con los pensamientos de los personajes y largas reflexiones filosóficas (la mayoría de ellas deprimentes). Todo esto crea un ambiente melancólico y pesado. En ningún momento llegó a atraparme, no me sentía cómoda con la sensación de estar desorientada y me distraía de la lectura con mucha facilidad. Además, hay demasiadas explicaciones de París. No necesito saber si al girar en la calle tal llego a la calle tal cual. Se me hizo muy pesado leer nombres y más nombres de calles parisinas.

Estaba tan desconcertada con este libro que no entendía cómo la gente lo ponía por las nubes cuando, para mí, sólo era una elaborada forma de perder el tiempo. No obstante, leyendo la opinión de otros lectores, resulta que sólo una de las dos formas de lectura consigue atrapar al lector (y la otra no), así que supongo que tomé la decisión equivocada cuando lo empecé y quizá tampoco estaba en el estado de ánimo adecuado para abordar este libro.

Ahora quiero dejar pasar el tiempo y sumergirme en otras lecturas más fructíferas antes de volver a intentarlo con Rayuela.

Saludos ;)

Tengo tanto que decir que se me hace complicado reseñarlo.

Fue una lectura que me resultó tediosa y complicada, en más de una ocasión lo hubiese abandonado, pero menos mal que lo leí en una lectura conjunta organizada por @ellibrerodevalentina y con el apoyo que nos íbamos dando entre todxs al final seguí, aunque también lo hice porque me podía la curiosidad y necesitaba tener una opinión propia.

Un dato curioso y peculiar que caracteriza a la obra es que se puede leer de infinitas formas, bien por orden, o por el tablero que sugiere Cortázar, o como si lo echas a suerte y lees los capítulos que te apetezcan.
Lo importante es que al final todo encaja y el lector no tiene porqué seguir una continuidad.

Me atrevería a decir que no es una lectura para todos (y me incluyo).
Suelo buscarle un sentido y una comprensión a lo que voy leyendo, y en Rayuela hacer eso me resultó erróneo. Quizás porque se hacen muchos análisis filosóficos (eso no suele gustarme).

Es una antinovela que tiene una belleza incomprensible, pero te sumerge en una aventura, y la magia de este libro es precisamente que el lector no trate de entenderlo, sino de sentirlo... una obra que rompe esquemas.

Impresiones que tuve en algunos capítulos:
Cap. 7 Precioso 😍
Cap. 23 Suplicio/tortura 😩🥱
Cap. 28 Triste y absurdo 😔😭
Cap. 34 Leerlo es peculiar 😳😨
Cap. 41 Locura 😰

Oliveira es un argentino que trabaja de traductor en París. Allí, conoce y se enamora de una mujer uruguaya, Lucía “La Maga”, quien tiene un hijo, que ella llama Rocamadour.

Oliveira también hace varios amigos intelectuales, con los que funda el Club de la Serpiente, el cual se reúne a menudo en cafés para discutir acerca de música, literatura, pintura y filosofía.

No obstante, estas relaciones, no lo eximen del existencialismo que lo hace vivir atormentado, buscando algo que no sabe qué es y envidiando a aquellos que pueden estar sin hacerse las complejas preguntas que no lo dejan en paz ni un minuto.

Pero no todo se queda en sus pensamientos, pues ese ensimismamiento se traduce en palabras y acciones erráticas, que lo conducirán poco a poco a una crisis.

Este libro cuenta con 730 páginas, agrupadas en 3 partes y 155 capítulos. La primera parte se titula “Del lado de allá”, y narra la experiencia de Oliveira en París; la segunda, “Del lado de acá”, refiere lo que le acontece a su vuelta a Argentina; la tercera, “De otros lados”, está compuesta por reflexiones de Morelli, autor existencialista, alter ego de Cortázar, así como también por citas y algunos apartes prescindibles de la historia.

Esta obra es única en muchos sentidos, pero por la que es más conocida es por el juego que le plantea al lector para leerla. Por supuesto que se puede entrar en la historia de forma convencional, pero el autor plantea hacerlo siguiendo un tablero de direcciones, para saltar por el libro como si se tratase una verdadera rayuela.

Cortázar narra de una forma deliciosa acontecimientos tanto cotidianos como extraordinarios y absurdos, al tiempo que despierta sentimientos y pasiones, a través de personajes increíblemente humanos y de pensamientos profundos que te remueven por dentro.

No es un libro para leer a la ligera y probablemente salgas de él con el ánimo descompuesto y con desazón en el alma, pero sinceramente vale la pena dejarse afectar por esta balada triste, con grandes toques de humor y cinismo.

Una novela preciosa que me atrapó no por su historia, sino por sus juegos, por sus metáforas; además de una novela, es una puerta al corazón propio.

Tenía expectativas muy altas respecto a este libro ya que por varios años escuché que es uno de los clásicos que se debe leer antes de morir.
Desafortunadamente me llevé una decepción. Quizás es mi falta de conocimiento literario o de comprensión que el libro se me hizo difícil de entender por más que me concentraba e intentaba seguir el hilo de la historia y los personajes, por lo que me hizo sentir mal o “tonto”.
Opté por la forma en que el autor recomienda leer (salteado, a modo del juego que hace honor al nombre de la novela) y varios capítulos me aburrieron ya que no daban el contexto, había palabras difíciles o no existía un hilo conductor como tal.
Por lo tanto la historia no supe bien de qué se trató, solo logré rescatar la historia y ruptura de la relación entre Oliveira y la Maga. Quizás no fue el momento para leerlo, por lo que no pienso releerlo a corto plazo.
Sin embargo, considero que esta obra es un legado del capital cultural de Julio Cortázar. En ella plasmó todo lo que sabía de música, artes, literatura, viajes, amor, entre otras, por lo que da a entender que era una persona muy culta e interesante.
Recomendación: Para leerlo necesitas tiempo, concentración y silencio, si es que quieres captar y entender lo más que puedas de las palabras de Cortázar.

Me es sumamente difícil hacer una crítica a este libro, primero porque es un clásico y sin dudas una obra maestra, segundo porque es complejo desde todo punto de vista. No lo pude terminar de leer, cuando me adentraba profundamente en uno de sus capítulos me recorría una nostalgia en el alma y si bien me ha resultado relativamente fácil seguir el juego de Cortazar al mismo tiempo me resultó muy difícil comprender el libro como un todo.
Siempre hay que darse una dosis de algún libro clásico, yo tuve una sobredosis con Rayuela y me bloqueé. Ojala algún día lo vuelva a leer y la conclusión sea otra.

Leer Rayuela es entrar en un juego. Cortázar abre este libro con un “tablero de dirección” en el que nos anuncia que este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. Esta propuesta del autor nos permite elegir cómo queremos leer su libro: si de forma corriente y lineal, del capítulo 1 al 56 y prescindiendo de los capítulos que siguen “sin remordimientos”, o siguiendo el orden del tablero (73 - 1 - 2 - 116 - etc). Ante semejante invitación por supuesto quería leer ambas posibilidades. Primero leí de forma corriente y después de forma salteada según el tablero. Un verdadero juego de lectura.

Es un libro único que nos invita a salir de la zona de confort y jugar en formas inimaginables, en formas divertidas, en formas aventureras. Para adentrarnos en su lectura, hay que estar dispuesto a soltar el control y dejarse envolver por la prosa poética y fluida, el ritmo y la suavidad de las palabras de Cortázar. Es un libro que te hace reír, te hace no entender e incluso te puede hacer sufrir.

La historia se desenvuelve en París y luego en Buenos Aires. La trama está atravesada por el vínculo de Horacio Oliveira y la Maga (Lucía), el encuentro y el desencuentro en el amor, la amistad, la búsqueda existencial, la muerte, la soledad.

Rayuela explora el absurdo, la filosofía, la complejidad humana, la psicología, los arquetipos. Juega creando imágenes y evocando sensaciones. Cortázar juega con quienes leemos, requiriendo nuestra participación activa en la lectura. Nos invita a ser copartícipes, cómplices y camaradas de camino con esta antinovela que transgrede las estructuras clásicas. Debemos tener abiertos los sentidos para disfrutar de los sinsentidos y de las invenciones del autor, soltando la necesidad de entender todo. Su autor juguetea con el lenguaje y las estructuras. Mezcla e inventa idiomas. Abundan las referencias culturales, artísticas y las reflexiones sobre la escritura y la literatura. Rayuela es una genialidad y un deleite para lectores.