No había vuelto a leer a Cortázar desde que me enfrenté a su Rayuela (lectura que, para mí, ha sido mi mayor reto literario hasta el momento). Había escuchado hablar mucho de sus cuentos y la portada de este libro me enganchó. En esta breve historia asistimos a la debacle personal de Luis, su protagonista. A partir de una carta que recibe de su madre, presenciaremos su crisis matrimonial con Laura. Esta carta viene a recordarle cómo está creada su relación, por qué se trasladaron de Buenos Aires a París y trae de nuevo al presente un fantasma del pasado. Con un estilo muy particular y que he sabido reconocer, Julio nos muestra los entresijos de la mente humana, qué escondemos, la importancia de la palabra y cuán presos de nuestro pasado podemos estar, aun a kilómetros de distancia. Un cuento magistral que he disfrutado mucho. |