Estudio en escarlata

-Se resiste usted a aplicar mi principio -dijo, sacudiendo la cabeza-. ¿Cuántas veces le he dicho que, cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad?

[...]Dejé a Holmes sentado ante las brasas de la chimenea, y oí hasta bien entrada la noche los lamentos largos y melancólicos de su violín, que me hacían comprender que seguía reflexionando sobre el extraño problema que se había propuesto desentrañar

Quizás este hombre sea muy inteligente, pero es desde luego muy engreído

mire, tengo la teoría de que el cerebro de cada hombre es como un piso vacío que hay que amueblar....

El mayor maquinador de todos los tiempos, el organizador de todas las felonías, el cerebro rector de la hez del mundo, un cerebro que hubiera podido forjar o torcer el destino de las naciones, eso es ese hombre.

Un trabajador hábil, en cambio, es muy cuidadoso con lo que coloca en la habitación de su mente. No guarda en ella más que las herramientas que necesita para su trabajo; pero tiene una gran cantidad, y muy bien ordenadas.

El más vulgar de los crímenes es, con frecuencia el más misterioso, porque no ofrece rasgos especiales de los que puedan hacerse deducciones.

Nos encontramos con el hilo rojo del asesinato enroscado en la madeja incolora de la vida, y nuestro deber consiste en desenmascararlo, aislarlo y exponerlo hasta la última pulgada.

Ya sabe que el prestidigitador desmerece en cuanto explica su truco; si yo le muestro a usted una parte excesiva de mis métodos de trabajo llegará a la conclusión de que, a fin de cuentas, soy un personaje corriente.

Es una equivocación garrafal elaborar teorías antes de disponer de todos los elementos de juicio, porque así es como éste se tuerse en un determinado sentido.