Comento cada uno de los once relatos de la colección con el inevitable destripe (hoy llamado spoiler): aviso.
Comienza este segundo tomo de los relatos del ínclito detective con «Estrella de Plata», una historia sobre un caballo de carreras pura sangre que desaparece misteriosamente. Las pistas que el autor va desperdigando por el relato luego adquieren sentido en la explicación final. A mí me sorprende: no soy capaz de atar cabos antes de la explicación. No soy tan listo como Sherlock. Todo cuadra y tiene sentido. Nos presenta al principio un sospechoso en el que no cuadran algunas de las pruebas encontradas. El método de buscar cosas que no cuadren o que estén fuera de contexto dan la pista al superdetective. Un 8.
El segundo relato «El rostro amarillo» es un pequeño fracaso para Sherlock que se pasa de listo, emitiendo una hipótesis que luego no resulta ser cierta. El propio Watson la califica como conjetura. le supone una cura de humildad y aconseja a Watson que le recuerde este caso cuando se ensoberbezca. Tiene un toque de racismo muy British, hoy muy políticamente incorrecto. Es un relato de los mejores: un 9.
El tercero «El oficinista del corredor de bolsa» es una interesante historia sobre un oficinista en paro que acaba de conseguir un buen empleo en una empresa de la City de Londres, pero un desconocido misterioso le ofrece un empleo mucho mejor remunerado. El empleo misterioso tendrá trampa que descubrirá Holmes sin despeinarse: un 8.
El cuarto relato es supuestamente el primer caso de Sherlock contado por el mismo a Watson. Está muy cercano a la novela de aventuras. En este caso, como es frecuente en
Conan Doyle, el pasado culpable vuelve a rendir cuentas en forma de chantaje al protagonista del relato: un 8.
«El ritual de Musgrave» nos presenta uno de los primeros casos de Holmes, relatado por él mismo a Watson. Se sitúa en una mansión aristocrática muy antigua de Sussex donde vive un amigo de Holmes, Musgrave, que solicita sus servicios. La trama lleva a Sherlock a encontrar la antigua corona real del decapitado Carlos I, guardada por la familia Musgrave durante la dictadura de Cromwell. El ritual que da título al cuento son las claves que llevan a localizar el preciado objeto. Un 7.
«Los hacendados de Reigate» es un enrevesado caso en el que Holmes deduce a través de un trozo de papel encontrado en la mano de un cochero asesinado toda una trama de robo de unos hacendados arruinados al hacendado beneficiario de su ruina. Nunca da nada por sentado ni actúa con prejuicios y los que parecían víctimas son verdugos. Un 7.
«El hombre encorvado» aúna también la novela de aventuras colonial (en este caso en la India) con el misterio de la resolución de un supuesto crimen. Recuerda el episodio de David y Betsabé. El Rey David en la Biblia (libro II de Samuel), enamorado de Betsabé, manda al marido de esta a una muerte segura en la guerra.
Conan Doyle recrea un episodio similar en este magnífico relato. Los errores, traiciones o crímenes del pasado reaparecen para buscar justicia. Este es un tema habitual en
Conan Doyle. Un 8.
«El paciente residente» es otro caso del pasado reaparece para cobrar justicia. El caso es para mí demasiado rebuscado. Un ladrón traidor a su banda y chivato de la policía se hace pasar por cataléptico y ayuda a un joven médico especialista en enfermedades nerviosas a poner su consulta, financiándosela a cambio de tenerlo como residente y cobrar parte de sus ganancias. Resulta descubierto por su ex banda y juzgado y condenado a la horca, simulando un suicidio. Un 7.
«El intérprete griego» nos presenta a Mycroft, el hermano más listo de Sherlock (si cabe) pero más vago. Deduce sin moverse de su sillón en el Club Diógenes y tiene que recurrir al hermano para que haga la labor de campo. El famoso Club es por lo visto el más raro del mundo: consiste en un sitio a donde se va a leer el periódico en silencio sin que te molesten. Es un club que reúne a los personajes más insociables de Londres; gente que aunque insociable, no puede evitar pertenecer a un club, como todo buen inglés. El caso que comento lo proporciona Mycroft y Sherlock lo resuelve. Es curioso que en esta ocasión es Watson el que deduce los hechos a través de la información que da el griego del título, aunque hay que reconocer que no es muy difícil. Un 7.
«El tratado naval» es el relato más largo de la colección y uno de los, para mí, más interesantes. El robo de un documento de vital importancia, el tratado naval que da título al relato, en el Foreign Office, pone a prueba las habilidades deductivas de Holmes. La pista de la campanilla que suena en el despacho donde está el documento mientras va el copista a buscar un café, da la clave a Holmes. Es el punto que no tiene sentido: ¿porqué el ladrón haría sonar la alarma? al final todo encaja de manera lógica. Un 8.
«El problema final» nos cuenta cómo
Conan Doyle trata sin éxito de librarse del personaje que le había vampirizado y que llegaría a ser más famoso que él. Nos presenta al famoso profesor Moriarty, un diabólico cerebro criminal que está detrás de la mayoría de los delitos mayores que se cometían en Londres. Acaban ambos cayendo al vacío enzarzados en una pelea en las cataratas de Reichenbach (Suiza). Un 8.
