Ready Player Two

Leer “Ready Player Two” ha sido como reencontrarme con unos viejos amigos que hacía años que no veía. Esa clase de amistad que no importa el tiempo que hace que no te ves porque, cuando al fin consigues reunirte, es como si el tiempo no hubiera pasado y te hacen sentir en casa.

Esta bilogía es de las pocas excepciones que me hacen adentrarme en el mundo de la ciencia ficción y la fantasía, y siempre merece la pena. La primera parte, “Ready Player One” me pareció una perfecta novela de aventuras para aquellos que fueron niños/jóvenes de los 80's o quienes como yo, disfruten recreándose en ese momento álgido de la música, las películas, la ciencia ficción y los videojuegos. Sin ser yo nada ‘friki', conecté igualmente con esta historia que devoré en pocos días. Y en esta ocasión, me ha vuelto a pasar lo mismo.

“Ready Player Two” no está al nivel de su predecesora, pero no está nada mal y propone un final muy digno a esta historia. El inicio puede parecer algo lento, pero es necesario establecer las bases de la nueva aventura y presentar el nuevo paradigma de realidad de nuestros personajes. Este punto de partida es fundamental dado que hace que no estemos ante más de lo mismo. A ver, lo suficientemente igual para seguir disfrutando del universo que ya conocemos, pero con nuevas propuestas donde el autor introduce temas interesantes como los peligros de jugar a ser dios, la crítica a la destrucción del planeta que estamos llevando a cabo y toca de pasada temas tan importantes como la deconstrucción del género.

Hay ciertas partes de la trama que me parecieron cogidas por los pelos y algunas de las misiones les sobraban páginas, pero… yo vengo a OASIS a jugar y a divertirme, y este libro me ha dado ese entretenimiento. He visto con cierta congoja como el autor, sin miedo, se atreve a acabar con la imagen que los lectores teníamos en el corazón de ciertos personajes para hacerlos más reales, complejos y oscuros. También, es interesante ver como los protagonistas crecen y como los traumas del pasado les afectan inevitablemente en su nueva vida marcada por el final de “Ready Player One”. He echado en falta que el autor nos mostrará más de la relación entre los personajes, ya que la amistad es uno de los fuertes de la saga, y en esta segunda parte lo desaprovecha. También he sentido que deja de lado la posibilidad de explotar los nuevos personajes que nos ha presentado y que me quedo con ganas de conocer más (¿quizá se viene un spin-off? Ojalá)

Me despido con pena de estos personajes tan queridos y estas historias apasionantes de búsqueda del tesoro que nos proponen. Si sois como yo y la ciencia ficción os echa para atrás, pero queréis probar… os recomiendo mucho esta bilogía.

Me ha gustado, aunque no tanto como el anterior, por supuesto. Sigue teniendo esa parte entretenida llena de guiños y referencias frikis, pero en este caso me esperaba que fuera un poco más allá. al principio del libro se plantea un dilema ético que pensé que tendría un final diferente. Es decir, quería que pulsara el botón rojo y lo mandara todo a la mierda. Tal y como dice Samantha al principio del libro, OASIS solo permite que la gente no se preocupe por lo que realmente importa; les aísla del mundo. Por un momento, pensé que borrarían OASIS y intentarían buscar soluciones reales, pero al final del libro se dan por vencidos, dejan que todo siga su curso y acaban haciendo lo mismo que Halliday: copiar mentes sin permiso y encima, pensar que eso es bueno para todos. Huir del planeta. Ese es el mensaje con el que me he quedado.
Pero bueno, me ha parecido muy entretenido y me lo he leído del tirón.

Aviso: Esta reseña contiene pequeños spoilers sobre la primera parte

Tras el final de Ready Player One, Percival y su grupo de amigos deben vivir una nueva aventura en el mundo de Oasis, en este caso con las vidas de todo/as los jugadores/as, incluso las suyas, en peligro. Para salvarse deberán resolver otra tanda de enigmas en diferentes mundos en tiempo récord.

Este libro es un refrito de la primera parte innecesario. Empezamos conociendo un nuevo sistema de conectarse a Internet, más real y dinámico pero que implica conectar directamente tu mente a un simulador, con los riesgos que ello conlleva. Obviamente, que Percival deba volver a introducirse en una aventura.

El problema principal, además de que se repite la misma premisa de demostrar lo bien que saben jugar a diversos juegos de rol, son muchas de las referencias que se usan, centradas en públicos más específicos (caso de películas de determinado director, videojuegos de arcade) y dejando de lado los mundos más cercanos al gran público, que es lo que sería más interesante. La lectura llega a hacerse aburrida en determinados momentos y el protagonista toma decisiones estúpidas que lastran la trama.

Es un libro que gustará a quienes amen introducirse en mundos de realidad virtual, pero que sobreexplota lo ya contado.

Colibrí.

Dicen que las segundas partes nunca son buenas. Y con "Ready Player Two", desafortunadamente, es el caso.

A mi parecer, Ready Player One era un buen libro con muchas referencias culturales; que si bien dejaba algunas dudas en su final, no veía necesario que si hiciera una continuación, pues muchas cosas se podían intuir o imaginar.

Ernest Cline quiso darle respuesta a muchos seguidores con esta segunda parte repitiendo la misma fórmula: un nuevo acertijo de James Halliday por resolver junto con un nuevo equipo tecnológico para probar.

Leer este tipo de historias por primera vez es entretenido, pero cuando se vuelve usar la misma estructura una vez más, se convierte en cansino y muy dificil de seguir. Incluso en la misma historia se reconoce que se está repitiendo.

Otra de las cosas que encontré molestas fue que el protagonista fuese muy egoísta. En parte, lo entendí porque era la intención del autor desde un principio, para que tuviese una evolución durante su desarrollo y fungiese como espejo de las cosas que realizó James Halliday en el pasado (que creo que viene a ser casi la misma reflexión que se hizo en la primera entrega).

Una cosa que me incomodó fueron las referencias. Se repetían mucho las explicaciones y se colocaban en situaciones que no tenían nada que ver. En ocasiones, hasta me mareaba leer todas las canciones, películas, comerciales y otro sin fin de situaciones. Tenía que meterme a internet para entender de qué estaban hablando y, llegó un punto en el que ya no soportaba leer tantas referencias.

No puedo decir nada más, salvo que me decepcionó. Me gustó volver a encontrarme con Hache, Samantha y el resto de la pandilla, pero es una lástima que el autor haya querido repetir la misma fórmula.

Simplemente excelente, las referencias y canciones son increíbles, hasta hice una playlist de todas las canciones mencionadas. Muy pocos libros hacen volar mi imaginación y este, ha logrado tocarme hasta lo más profundo del alma. ¡Es sublime! No os arrepentiréis de adentraros en esta obra de arte.

La verdad es que me ha costado bastante leerlo, creo que se hizo un poco repetitivo y tedioso con las nuevas pruebas. Es un libro que hubiese sido candidato al abandono si no fuese por lo que he disfrutado con el primero y quise creer que la cosa mejoraría según se fuese acercando al final, pero no.

Tras los acontecimientos y desenlace de Ready Player One. Wade ha ganado el reto de Halliday y, con ello, pasa de ser un chico pobre y humilde, a un joven muy rico. Este descubre que el creador de OASIS construyó un nuevo casco, ONI, que permite conectar el cerebro de quien se lo ponga con OASIS. Con ello pueden hasta grabar sus experiencias y compartirlas con otro para que también la vivan. Una completa revolución. Pero, por otro lado

Ready Player One fue un libro que me gustó mucho, cargado de referencias culturales y de crítica social. Esta segunda parte no llega a su misma altura. Sigue la misma estructura que el primer libro, lo que le hace un poco repetitivo, casi con la misma trama. En esta ocasión, tampoco ha sabido manejar bien las referencias culturales que hay a lo largo del libro, que son muchísimas.

Otro cambio sustancial es en el protagonista. Si Wade gustaba en el primer libro, aquí se le va a coger un poco de tirria. Se convierte en una persona egoísta, amargada, insoportable. Se nota que lleva una vida deprimente. Pero esta segunda parte también traerá personajes nuevos. Uno de ellos es Lohengrin, un personaje de género fluido. Con esto Cline pretende incluir al colectivo LGTB+, ser inclusivo, pero no lo hace bien.

La ambientación sigue siendo un futuro muy avanzado tecnológicamente, con una realidad virtual novedosa y a la última, mucha inteligencia artificial y todo rodeado de la cultura de los años 80. Sobre esto tengo que decir que si una persona no conoce mucho sobre estos 80 posiblemente se pierda y no entienda bien las cosas.

Aunque realmente el libro es entretenido, el ritmo es dispar en muchos casos. El autor rompe en ocasiones la trama principal al insertar una infinidad de referencias culturales, lo que hace que el lector pierda un poco el hilo conductor. Además en ocasiones va dando saltos, lo que acrecienta más esta sensación y tarda muchísimo en arrancar. También he echado en falta acción, una chispa de interés que haga atrapar al lector a sus páginas. Es más, se podrían cortar muchas páginas y la trama no cambiaría nada.
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Tras Ready Player One, saber que Cline preparaba una segunda parte fue una grata noticia. Sin embargo, no estoy completamente segura de que me haya gustado Ready Player Two. Sí, estábamos en el mundo imaginativo de Ernest Cline, pero no se sentía igual en absoluto. Este libro comienza inmediatamente después de que termina el primer libro, y Wade, honestamente, es un poco idiota. Ha perdido gran parte del desarrollo del personaje que lo llevó a completar la misión en la primera parte, pero supongo que eso es lo que sucede cuando heredas una fortuna y el control de la empresa más grande del planeta cuando eres tan solo un adolescente.

¿Disfruté por el simple hecho de regresar a este universo? Sí, pero no fue lo mismo. Supongo que esta es realmente una opinión mixta. Si te gustaron los trabajos anteriores de Ernest Cline, creo que lo disfrutarás, pero ten cuidado con tus expectativas. Si son muy altas, tal vez te decepcione.

Una secuela casi digna de uno de los libros más originales que recuerdo haber leído, con el mismo enfoque en la cultura pop y un amor profundamente arraigado a los años ochenta.

Un libro del que ya sabes más o menos qué esperar al estar en la línea del anterior, aunque con incógnitas por saber cómo alargará el chicle cuando parecía haber quedado más que cerrado el primer libro.

Una segunda obra que entretendrá a los amantes de los 80 que se atrevan a ver la cultura popular mezclada con avances tecnológicos y un futuro distópico. Una vuelta de tuerca que personalmente, no ha conseguido llegar a la altura de la primera.

Otra cosa no, pero original es un rato. Si algo podemos destacar de esta novela es eso, que nos muestra una historia que no se ha visto antes (bueno sí, en Ready Player One), sigue la misma estela apretando un poco más a la gallina de los huevos de oro. Sin duda, suele salir bien sobre todo en cuanto a marketing, otra cosa es en la opinión. Personalmente, la primera me entretuvo, me gustó el enfoque aunque no lo disfruté tanto como otros amantes del género o los más nostálgicos de los 80. Aun así, fue buena lectura.

En Ready Player Two la estructura es similar a la anterior, la trama sigue los mismos derroteros aunque tiene que ir un paso más allá. Tras los acontecimientos de RPO, vemos al ganador y su grupo, qué les está deparando el futuro y un nuevo enigma que se abre ante ellos. Cantidad de tecnología, realidad virtual revolucionaria, inteligencias artificiales, aventuras virtuales y mucha mucha cultura de los 80. La trama me resultó un tanto enrevesada, algo complicada de seguir por la cantidad de idas y venidas, de menciones. La noté en algún momento demasiado forzada más centrada en adornarse y volcar cantidad de referencias que en desarrollar una trama potente.
Para que este tipo de libros guste es necesario -o eso creo yo- tener esas referencias en mente, ya que es parte de su fuerza, lo que gusta, el que juegue con esa nostalgia para hacerte recordar y ver cómo lo hila en la trama. Por ello, este Ready Player Two, no ha conseguido engancharme. Su trama futurista, muy relacionada con la ciencia ficción y la tecnología, esa mezcla de pasado y futuro es su mayor virtud pero también puede jugar una mala pasada como ha sido mi caso.
El libro Ready Player Two no ha conseguido ser todo lo que esperaba. Se me queda por debajo del primero. Me costó mucho seguir su lectura y siempre veía bien coger otro libro. Gran parte se debe a mi desconocimiento de las series, libros y demás, a los que hacía referencia, a que ha sido un tipo de libro que no he leído en el momento adecuado y de una temática que no es para mí, aunque el primero me resultó interesante.

Por todo esto, te animo a que lo descubras si te convenció el anterior, y sobre todo si eres un nostálgico de los 80. Si además, El señor de los anillos te fascina, ya lleva un plus ganado. Seguro que te gustará más que a mí.
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Cline vuelve a ofrecernos en "Ready Player Two" una multitud de aventuras, recreaciones de películas ochenteras, partidas en videojuegos antiguos y una banda sonora de fondo llena de nostalgia. La historia va un poco más allá para presentar nuevos inventos tecnológicos e incluso Inteligencia Artificial que suponen la evolución lógica de este mundo futurista en el que la humanidad se refugia en lo virtual para escapar de una realidad cada día más decadente. El problema es que en esta nueva novela el autor parece copiarse a sí mismo, repitiendo demasiado la fórmula de "Ready Player One", pero sin el dinamismo y el gancho de esta primera novela sobre OASIS.
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