En el cielo, las golondrinas escriben invisibles poesías en la suave brisa.
|
En el cielo, las golondrinas escriben invisibles poesías en la suave brisa.
|
El tacto del vestido es tan suave como una piel.
|
En la aldea nos cuidamos nosotros mismos. Si la enfermedad es leve, nos curamos. Si es grave, nos morimos. Eso es todo.
|
Ya nadie le presta atención ni le dirige la palabra, pero a él le da igual. No está solo. Tiene a Sang Diu. Y a su amigo el hombre gordo.
|
En el dormitorio nada ha cambiado. Las dos familias siguen allí.
|
Nunca olvidará el mudo sabor de aquella primera sopa que toma sin gana, recién desembarcado, pensando en el frío que hace fuera, pensando que lo de fuera no es su país sino un país extranjero y extraño, que siempre lo será por mucho tiempo que pase, por mucho que aumente la distancia entre sus recuerdos y el presente.
|
Por fin, un día de noviembre, el barco llega a su destino. Pero el anciano no quiere bajar. Abandonar el barco es como abandonar definitivamente lo que todavía lo une a su tierra.
|
De repente, el Señor Linh levanta la mano y con el dedo señala el mar, la lejanía, el horizonte azul y blanco, y luego pronuncia en voz alta el nombre de su país
|
¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?