Sin más respuesta que el silencio

En esta ocasión os traigo una reseña de una novela que me ha dado mucho que pensar, ya que toca temas que están a la orden del día, como por ejemplo las droga. Y no solo se limita a hablar sobre la repercusión que tiene, sino que también nos muestra situaciones de cómo un adolescente se refugia en ello.

La novela comienza fuerte con el prólogo, y es que nuestro protagonista Samuel Velasco, se encuentra en un coche patrulla donde le están linchando. Pero a continuación, comenzaremos a saber cuál es su historia. Junto a su familia, Samuel se ha mudado de Valdeaceras, un barrio marginal donde el consumo de drogas está a la orden del día, a Villarosa, un barrio prestigioso y conocido por la gente rica que vive en él.

La entrada en el nuevo instituto no va a ser nada fácil, ya que en muchas ocasiones lo marginarán por su manera de vestir y expresarse. Allí conocerá a diversos compañeros como Patricia, Irene y Samuel Alba, que jugarán un gran papel en la novela, por la trama que van generando página a página. Habrá otros personajes importantes como Reme, la jefa de estudios del instituto, Mariano, que regenta un bar, y Berg, un anciano al que Samuel ayudará

La novela consta de 186 páginas estructuradas en un prólogo, 16 capítulos y un epílogo. Está narrada por un narrador omnisciente y ambientada en los años 90. La ambientación en esta época es magnífica, y lo puedo decir de primera mano, ya que viví mi adolescencia en esa época, y al igual que a nuestro protagonista, me acompañó los acordes de Radiohead en ciertos momentos.

La pluma del autor es muy cuidada, elegante y fluida, me ha gustado mucho el modo en el que nos ha contado la historia. Sin duda alguna, es una novela real y dura, donde se va a tratar las drogas, maltratos, abusos de poder y enfermedades, así como los prejuicios en cuanto a ciertos temas.

Como veis es un libro bastante completo, que da un repaso a muchos temas y que cuando lo terminas de leer te evoca a esa época adolescente, haciéndote pensar sobre los peligros que te acechaban.

La verdad es que me ha gustado leerlo, todo libro que me hace reflexionar es bienvenido. Así que espero que os animéis pronto con él.
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Ésta es la historia de Samuel a partir del momento en que su familia decide mudarse de un barrio humilde y marginal a un pueblo de clase alta en la sierra madrileña, donde él es victima de la superficialidad y clasismo de sus nuevos compañeros de instituto y ellos lo son de su chulería, temperamento e irritabilidad

Es ágil, directa, toca temas sobre el clasismo, bullying, abusos de poder, alcohol y drogas en la etapa de la adolescencia y los prejuicios de la sociedad en la que se desarrolla y que no deja de ser un tema de actualidad

No me ha gustado para nada, el hecho de la generalización (ni todos son tan buenos ni todos son tan malos) pero comprensible desde el punto de vista de que es una novela autobiográfica y como se ha vivido, se relata...

La manera como está contada la historia me ha gustado, logró intrigarme y mantenerme en vilo, en una primera mitad rápida, absorbente, y esperando con ansia saber como acabaría... Pero en la segunda parte la historia... es otra cosa... esa intriga, para mi, se desvanece en un final que me ha dejado ganas de que pasase algo más contundente, o de que en realidad pasará algo más en sintonía con la crítica que se viene haciendo durante la trama... al final me deja un sabor muy infantil, si estás conmigo eres genial y si no pues eres un desecho... Así que regulín

Todos sabemos que la adolescencia es complicada pero lo es mucho más cuando viene acompañada de un cambio tan brusco de aires como el que sufre Samuel: casa nueva, pueblo nuevo, instituto nuevo, ambiente nuevo... Vida, en definitiva, nueva. Y todo acompañado del prejuicio de los que lo rodean y de miedo al que dirán de la familia. No es nada fácil en este ambiente que Samuel busque su lugar, que consiga integrarse.

He de dar la razón a Maria de la Pau Janer en su frase de la contraportada: "Un viaje iniciático donde destacan los lazos humanos para afrontar las diferentes caras de la realidad". Pero incluso añadiría que nuestro joven protagonista, con tan solo 15 años, debe hacer su propio descenso a los infiernos para poder resurgir de sus cenizas y enfrentarse a todos y a todo.

Para mi esta novela es un canto a la amistad, al amor, a la vida. al no te dejes amilanar y tira hacia adelante, lucha, vive y disfruta. En la vida no todo son alegrías pero tampoco penas.
El personaje de Samuel me ha parecido encantador a pesar de que algún collejón le hubiese dado.... pero como adolescente esas situaciones son parte necesaria de su aprendizaje y de dejar que cometan sus propios errores y aprendan de ellos. Pero no solo él es el único personaje entrañable: tenemos también a Patricia, Berb o Reme. Y sí, también hay personajes odiosos (muy muy odiosos) que nos gustaría que recibieran su merecido.

Porque el protagonista sea un adolescente no caigamos en el error de considerar esta novela como juvenil. No, no. Que aquí una, que ya corona canas, la ha disfrutado como la que más, y como os he dicho antes, la ha terminado con una sonrisa en la cara y pensando "Pues claro que sí, yo también puedo" (y así, claro que sí, se la he recomendado a mi hijo adolescente, porque estoy segura que con sus tiernos 14 años, la va a disfrutar y va a aprender de las vivencias de Samuel Velasco).

No esperaba que esta novela, que creía que iba a pasar sin pena ni gloria entre mis queridos thrillers, iba a gustarme tantísimo e iba calarme tan hondo. Por eso Christian Martínez Silva entra a formar parte de mis lista de autores a los que seguir la pista porque quiero seguir disfrutando de sus historias y su prosa.
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Este libro, aunque cortito, me ha gustado muchísimo. Nos cuenta la historia de Samuel, un chaval de un barrio problemático que se acaba de mudar a la parte más pija de su ciudad. Samy arrastra problemas y algún trauma, no encaja y encima se le cruzan unos cuantos personajes que más gili.... y no nacen.
Sobre los personajes: Sam me encanta. Es complejo y real y me he pasado la mitad del tiempo deseando meterle una colleja para que crezca y la otra mitad queriendo abrazarle y protegerle del mundo. Es maduro (a veces) y a la vez tiene esa forma de ser muy adolescente, todo impulsos y blanco y negro. Acompañarle en su viaje hacia la madurez, hacia su futuro, me ha encantado. Sus acompañantes no se quedan atrás, porque lo mejor de este libro son ellos, sus personajes. Remi es buena a rabiar, la típica mentora con la que todo el mundo quiere encontrarse. Patricia y Berg son simplemente adorables, son dulces y resilientes y Patri demuestra en todo momento una fortaleza que más quisieran algunos (sobre todo al final). de los más secundarios, quiero recalcar a Irene, porque probablemente nadie más lo haga, pero es una imagen fiel de Samuel, si éste tomara las decisiones malas en su vida. Ver dos personas tan iguales, pero en situaciones tan distintas le da una nueva dimensión a todo.
Sobre la trama: no quiero decir mucho porque no quiero decir spoilers, pero vamos a seguir a Samuel en un viaje para buscar su sitio en la vida y como se va enfrentando a diferentes situaciones. Se ven muchas escenas que nos pueden pasar a todos, así que es una historia con la que he conectado mucho y creo que a casi todo el mundo le puede pasar lo mismo. Además aparecen temas muy importantes como son la violencia en la pareja, el abuso policial, el alcoholismo... Por si esto no fuera suficiente, está escrito de una manera que hace que te la leas casi en un suspiro, con un ritmo ágil, que hace que se te pasen las páginas volando.

Hace como dos años que leí este libro en su anterior edición y puedo decir que me ha encantado releerlo y descubrir todos los detalles de la nueva.

Es un libro escrito con mucho sentimiento. En gran parte autobiográfico, donde Christian ha querido plasmar parte de su historia, de su pasado, de tal manera que nos encontramos con una historia muy cercana y realista.

Asi nos hace retroceder a los años 90 junto a Samuel, nuestro protagonista, un adolescente de 15 años.
Es un joven inteligente, impetuoso e impulsivo, pero también humilde y sencillo.  Bastante maduro para su edad, con un gran corazón y sensibilidad, no está dispuesto a perder su identidad por haberse mudado de un barrio obrero marginal a uno de clase alta.
Pero este cambio también implica el traslado a un colegio privado. Un colegio lleno de perjuicios, donde sin importarles el tipo de persona que seas, te juzgan por tu aspecto y lugar de origen.

Desde el primer momento Samuel, se siente marginado por su forma de vestir y su manera de expresarse. Tendrá que soportar burlas, ataques, miradas desaprobatorias, humillaciones… tanto de sus nuevos compañeros como por parte de alguno de los profesores.
Ese sentir que está fuera de lugar, que todos le miran como a un bicho raro, como si fuera peligroso… hace que Samuel se sienta desubicado. Siente que no encaja en su nueva vida. Para él, subir de estatus social no da la felicidad. Para él, esa felicidad está en cosas mucho más sencillas y menos materiales, como por ejemplo, la amistad, la confianza, o una sonrisa.
Esto nos puede llevar a creer, en un primer momento nuestro, que nuestro joven protagonista  está en guerra contra el mundo. Pero la realidad es que no soporta vivir en un lugar donde la gente cree que tener dinero les hace ser superiores, dónde se creen con derecho a mirar por encima del hombro a quienes son diferentes.

Con una narrativa fluida, cuidada y elegante, donde las emociones te atrapan desde la primera página, Christian ha construido un personaje muy coherente, con una gran madurez para su edad, con el que acabarás empatizando.
También ha sabido recrear la parte opuesta a esa sociedad. A través de personajes que nos demostrarán que siempre es posible encontrar personas auténticas, que no se dejan influenciar por las apariencias y el clasismo. Personajes como Patricia, Mariano, Reme y Berg te llegarán al corazón. Ellos aparecen en la vida de Samuel ejerciendo una influencia muy positiva. le ayudarán a crecer y a moldear en parte su carácter.

Sin más respuesta que el silencio es una novela real, en muchos momentos dura e injusta pero también emotiva. Entre sus páginas se habla de temas como la discriminación, los perjuicios, las drogas, el abuso de poder, el machismo, el rechazo, la superficialidad o la enfermedad… pero también habla de cambios, de encontrar tu lugar y de ese primer amor de la adolescencia intenso y especial.

Como ya dije en su momento, creo que es un libro totalmente recomendable para todo tipo de públicos. Te hace pensar y reflexionar, dejándonos grandes mensajes. Es en parte, una denuncia hacia una sociedad que juzga a las personas en base a las apariencias y al dinero, y en parte, un libro sobre segundas oportunidades.

✍ OPINIÓN PERSONAL ✍:

Es el primer libro del autor y espero que no sea el último porque su pluma es fantástica.

La historia empieza con una escena muy impactante. Y el libro en sí no tiene desperdicio.

Nos encontramos ante una historia muy real y dura, la de Samuel, un chico que sólo quiere ser feliz viviendo una vida normal pero que se ve inmerso en un mundo cruel y clasista.

El libro te hace reflexionar sobre diferentes temas: drogas, abusos de poder, humillaciones, discriminación.

Pero a pesar de esa dura realidad también he disfrutado mucho junto a Samuel de momentos divertidos y bonitos.

Me ha hecho "volver" a mi adolescencia. Por último destacar que tiene un final feliz.

No os perdáis el primer libro de este madrileño. Os lo recomiendo totalmente.

Mi valoración es de 3/5 ⭐

Una de las principales cosas que quiero destacar de esta novela es la prosa tan cuidada de Christian. Sin duda es una delicia haber recorrido entre sus páginas estos escenarios de principio del siglo XX acompañada de Samuel, un chaval de procedencia humilde que se traslada junto a su familia a uno de los lugares más ricos y superficiales de la sierra Madrileña, donde se encuentra con una serie de personajes que le harán conocer el lado más frívolo y horrible del ser humano.
Sin duda esta novela está llena de personajes inolvidables y de valores maravillosos, es ligera de leer. Me encantó además el personaje de Samuel: su evolución a lo largo de la novela es muy notoria. Y su relación con Patri sin duda me parece adorable.

Sin más respuesta que el silencio fue mi última lectura conjunta de septiembre y por algún extraño juego del subconsciente la que menos esperaba que fuera a gustarme…otra vez me equivoqué.
Especie de novela autobiográfica, “Sin más respuesta…” narrar la historia de un adolecente, rebelde, impetuoso, pero de buenos sentimientos, que acaba de mudarse con sus padres en contra de su voluntad. Es una novela que, aunque enmarcada en personajes juveniles alcanza a todo tipo de Público. Una crítica dura de la realidad de muchos adolescentes de España y otras partes del mundo.
A mí se me quedó corta. Me quedé con ganas de saber más, de acompañar por un tramo más largo a los personajes y continuar perdido entre las palabras de Christian Martínez Silva. Tuve además la suerte de que el autor fuera partícipe de la lc, lo que contribuyó a que la experiencia fuera aún mejor.
Muchas gracias Christian, por contar un fragmento de tu vida de manera magistral, y compartirlo con el público. Espero ansioso próximas publicaciones tuyas.
Otra vez agradezco a @clubliterario_atreyu, a @leer_y_otras_historias
y @lilenette por compartir sus lecturas conmigo.

Tengo que decir que esta novela me atrapó desde el principio, desde que se narra una escena brutal que te hace querer saber el motivo de por qué protagonista ha llegado a esa situación.

Salvando ciertos aspectos que son distintos a mis propias vivencias, me he trasladado a mi adolescencia en el colegio y el instituto, y eso me ha encantado. Reme me ha recordado a mi tutora del colegio.

Los personajes están muy bien perfilados. Nos metemos en la piel de Samuel desde el principio y viajamos con él a lo largo de toda su historia casi sin darnos cuenta. Mi favorito es el holandés, pero tiene unos secundarios buenísimos en general

En esta novela se habla de la desigualdad social entre adolescentes, de la discriminación, de amistad, de amor, de familia, de lucha, de la vida...

Un libro con una lectura fresca y dinámica

De un lado a otro
Samuel, o Sam como prefiere que lo llamen, acaba de llegar a Villarrosa, un pueblo de clase alta de la sierra de Madrid. Sin embargo, ese no es su ambiente, después de haberse criado en el barrio de Valdeaceras todo lo que encuentra en su nueva residencia le parece superficial y el tratamiento clasista de sus compañeros no le hace la vida más fácil. Tanto es así que lo encontraremos encerrado en la parte de atrás de un coche patrulla que lo llevará directo al matadero.
Y lo cierto es que desde un principio somos capaces de entender el sentimiento de nuestro protagonista de hoy. Después de un traslado donde él no ha tenido nada que decir encontraremos a un personaje, no desubicado, sino deslocalizado. Claro que Samuel entiende cuáles son los códigos de su nueva vida, su nuevo barrio, pero lo que no comprende es su necesidad: por qué se necesita una casa más grande, por qué tratar de usted… No vamos a decir que sea el chico más listo, pero al menos comprende que todo eso que supone un progreso o avance para nuestra sociedad no da la felicidad que sentía en su antiguo y pequeño hogar.
Por otro lado, el barrio tampoco entenderá qué necesidad tienen de tener a Samuel en él. Desde el principio será repudiado por este sistema donde la procedencia y la superficie son más importantes que los actos o las intenciones.
El antihéroe rebelde
Y así comienza la tensión dentro del propio protagonista y de la narración. de este conflicto nace un carácter agriado por el no saber comunicarse y por la incomprensión del resto de personas que lo rodean. Este rebelde, efectivamente sin causa, que es nuestro protagonista, nos llevará a reflexionar precisamente con qué necesitamos para ser felices. Una sonrisa, poder confiar en alguien, un trabajo bien hecho…
Sin embargo, no entendamos a este personaje como un héroe que nos está enseñando qué malos son aquellos que lo tienen todo. Será realmente un antihéroe ya que su vía de escape, como siempre a esas edades (quince) será el alcohol y la violencia.
Una maestra y una sonrisa
No obstante, no pensemos que estamos ante una tragedia contemporánea. Este chaval, que más allá de su rebeldía con causa, pero con mal camino, es una buena persona que entiende demasiado la vida. Y, además, no se encontrará solo.
Reme, el personaje adulto de la obra, será clave para la espiral en la que se encierra Samuel. Con ella comprenderemos que efectivamente la educación y la escucha son los medios para comprender el mundo, para «arreglarlo». Aunque ella misma sabe que esto es una falacia, una cosa que hay que cree para no perder el rumbo.
Por otro lado, encontraremos otro personaje que será la serenidad. Tenemos que saber que los adultos no pueden cambiar a los jóvenes, no porque aunque sepan y digan con buen acierto no tienen la potestad necesaria. Así, como contrapartida a Reme encontraremos otros personajes que estabilizarán, o lo intentarán, a Samuel en su conflicto interno: la vida.
Pensemos en la lectura
La verdad es que siempre que leo este tipo de novelas hablo de ellas desapasionadamente, pero no es que me gusten menos, es que las siento más. Cuando me acerco a una novela contemporánea que habla de la realidad en la que habitamos no puedo sino asentir con la cabeza y purgarme un poco las cosas que veo día a día.
En esto nos ayudará Sin más respuesta que el silencio una novela escrita magníficamente con la que entenderemos el mundo que nos rodea, podremos quejarnos a gusto de él y veremos cómo lidiar con él de la mejor manera y lo más justa posible. Os animo a leerlo porque todos necesitamos serenidad.

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