Sin más respuesta que el silencio

Este libro, aunque cortito, me ha gustado muchísimo. Nos cuenta la historia de Samuel, un chaval de un barrio problemático que se acaba de mudar a la parte más pija de su ciudad. Samy arrastra problemas y algún trauma, no encaja y encima se le cruzan unos cuantos personajes que más gili.... y no nacen.
Sobre los personajes: Sam me encanta. Es complejo y real y me he pasado la mitad del tiempo deseando meterle una colleja para que crezca y la otra mitad queriendo abrazarle y protegerle del mundo. Es maduro (a veces) y a la vez tiene esa forma de ser muy adolescente, todo impulsos y blanco y negro. Acompañarle en su viaje hacia la madurez, hacia su futuro, me ha encantado. Sus acompañantes no se quedan atrás, porque lo mejor de este libro son ellos, sus personajes. Remi es buena a rabiar, la típica mentora con la que todo el mundo quiere encontrarse. Patricia y Berg son simplemente adorables, son dulces y resilientes y Patri demuestra en todo momento una fortaleza que más quisieran algunos (sobre todo al final). de los más secundarios, quiero recalcar a Irene, porque probablemente nadie más lo haga, pero es una imagen fiel de Samuel, si éste tomara las decisiones malas en su vida. Ver dos personas tan iguales, pero en situaciones tan distintas le da una nueva dimensión a todo.
Sobre la trama: no quiero decir mucho porque no quiero decir spoilers, pero vamos a seguir a Samuel en un viaje para buscar su sitio en la vida y como se va enfrentando a diferentes situaciones. Se ven muchas escenas que nos pueden pasar a todos, así que es una historia con la que he conectado mucho y creo que a casi todo el mundo le puede pasar lo mismo. Además aparecen temas muy importantes como son la violencia en la pareja, el abuso policial, el alcoholismo... Por si esto no fuera suficiente, está escrito de una manera que hace que te la leas casi en un suspiro, con un ritmo ágil, que hace que se te pasen las páginas volando.