Le gustaba ganar, aunque también le gustaba caer bien. Y las dos cosas eran incompatibles. Lo aprendió a base de hostias. O ganabas o caías bien. Pero las dos a la vez no. |
Le gustaba ganar, aunque también le gustaba caer bien. Y las dos cosas eran incompatibles. Lo aprendió a base de hostias. O ganabas o caías bien. Pero las dos a la vez no. |
Le gustaba tocar levemente a sus víctimas. La piel era el órgano más grande y más sensible del cuerpo, dos metros cuadrados de receptibilidad pura, la mejor manera de entrar en contacto con los sentimientos de las otras personas y decirles estoy aquí, a tu lado, para ayudarte.
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10 negritos