La chica de nieve

Uno es aquello que ama, pero también, lo que teme.

Uno hace las cosas con ilusión, incluso cuando estas pueden tener las peores consecuencias.

Y aquellas gotas, quizá, siempre tuvieron aspecto de lágrimas.

Quizá estaba buscando en su memoria cuándo se había portado mal para merecer lo que les había sucedido, pero yo estaba segura de que la vida no funcionaba así, porque siempre repartía palos entre las ruedas a todo al que alcanzaba. Yo ya sabía que si la vida descubre que no tiene cómo ponerte la zancadilla te regala una bicicleta sin frenos para destrozarte los huesos.

Descubrió que al miedo se le combatía siguiendo adelante, saliendo del pozo y luchando por cambiar las cosas.

Yo ya sabía que si la vida descubre que no tiene cómo ponerte la zancadilla, te regala una bicicleta sin frenos para destrozarte los huesos.

Es posible ocultar una enorme cicatriz en la piel, pero imposible esconder una simple muesca en el alma.

La desgracia siempre busca a quienes pueden asumirla. La venganza, en cambio, a quienes no

En aquella niña veía sus miedos, su vulnerabilidad; veía todo lo que se escondía en las profundidades de su corazón: un enigma, un puzle irresoluble, un rompecabezas construido con pedazos de dolor.

Cuando todo parece el fin, en realidad se trata de un nuevo comienzo.