Horror Vacui

Compre, Horror Vacu de Javier Casteñaeda , al ver que era una novela ganadora de un certamen literario y como no por la portada, me llamo su fantástica portada. Hacía mucho tiempo que no leía ciencia ficción, tenía prácticamente leído ya a los maestros y novedades nuevas, tampoco hay tantas que me interesaran.
Dicen que ya está todo escrito, no lo sé, es posible, pero cuando solo se utiliza la herramienta para crear una historia, nada está escrito, todo vuelve a ser solo uno. Tenía curiosidad que había utilizado el escritor para crear su historia, lo dejo claro : Un intenso Thiller que plantea cómo sería la sociedad si un ordenador central controlara nuestras emociones a través de unos nanobots.

Vale, ya lo sabía , ahora era leer y ver que tal lo había planteado y como lo relato. Y lo que encontré allí me pareció algo tan bien escrito, que tuve dudas, muchas dudas que un escritor no consagrado hubiera podido escribir algo así. Para empezar nombro a, Nietzsche, leñe, no todos lo nombran ni creo que sepan que pensamientos tuvo, con lo cual mi cabeza ya me dijo, relájate, este tipo es inteligente, no vas a leer ninguna tontería.

Leí y leí y me termine el libro la misma noche que lo empecé. Vais a leer una historia no tan descabellada, ahora mismo en el face o otras redes sociales ya es una realidad, ya nos controlan, ya saben más de nosotros de lo que pensamos, solo les falta que hagamos lo que ellos desean. Pero no, no han llegado a eso todavía, en su libro sí. Imaginaros que vuestros impulsos fueran aplacados por un ordenador, si, ya, un asesino con impulsos de matar se le calmaría e igual dejaría de hacerlo, de eso ya habla el libro, pero imaginar que se hiciera para todo.

Nuestro protagonista lo vivió, lucho contra ello, como acabo, eso lo sabréis al leerlo, no esperareis que os lo cuente yo. Un gran libro, una buenísima historia, un futuro que yo no quisiera conocer. Gracias , Javier, por escribir está historia.

Esta novela juega con ideas bastante manidas pero de una manera fresca. Castañeda no esconde sus referencias o inspiraciones, sino que juega con ellas al principio de la obra casi a modo de broma. También plantea una serie de reflexiones sobre la interconexión a la que nos vemos abocados como especie desde la invención del teléfono móvil. Sobre esta premisa nos desarrolla un breve discurso acerca de la falta de libertad asociada a una civilización así (con razón), que nos prepara el camino para la auténtica narración: una historia detectivesca-paranoide cuya gran virtud es el método de control elegido (unos nanobots en nuestra sangre capaces de regular nuestros neurotransmisores, enviar alertas y recibir información).
El resultado para mi ha sido un tanto decepcionante. Si bien la novela es entretenida y se lee de un tirón, no evita dejar un regustillo amargo ante la oportunidad perdida. Tal vez con algunas páginas más y un mayor desarrollo de la sociedad resultante y de posibles subtramas, estaríamos hablando de una gran obra de nuestra ciencia ficción
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