Háblame de ti. Carta a Matilda

No compartir las ideas de una persona, cuando son certeras e inteligentes, no significa en absoluto rechazarlas.

Más que escritor, creo que soy cuentacuentos, es decir, una persona que extrae del placer de la narración todas sus posibilidades de expresión.

Recuerda que, derrotada o victoriosa, no hay bandera que no destiña al sol.

A vivir la vida se aprende con la práctica.

He aprendido poquísimas cosas y voy a decírtelas. La primera es que el lobo no es, como te han contado en los cuentos, malo. El lobo no es ni malo ni bueno; eso son sólo adjetivos que le colgamos sin que se entere siquiera; el lobo muerde solamente cuando tiene hambre. El hombre muerde no por hambre, sino por envidia, por celos, por rivalidades, y eso, a diferencia de lo que ocurre con el lobo, lo hace culpable.

No estoy en condiciones de sugerirte cómo vivir tu vida. A vivir la vida se aprende con la práctica.