La parábola de los talentos

Esta segunda parte continua escrita en forma de diario, pero hay varias diferencias, es la hija de Lauren la que va leyendo los escritos de su madre en un intento de comprender a la mujer que le dio la vida, pero con la cual nunca se llevó y a la que considera una mujer egoísta, terca y corta de miras.
Lauren (Olamina) y su grupo se han asentado en una comunidad que han llamado Bellota y también han fundado una religión nueva basada en las ideas de líder, Semilla Terrestre ha ido creciendo y obteniendo más adeptos. Es justamente la religión uno de los puntos centrales del libro, incluso se producen debates en que se compara Semilla Terrestre con los dogmas del cristianismo quedando este como una idea equivocada y obsoleta.
En esta novela pese a que se presentan los aspectos característicos de una distopia, un mundo devastado, la destrucción de la forma de vida como la conocemos, la perdida de los derechos individuales, acá el tema central y de fondo es la religión, el libro presenta a la religión como medio de opresión, de control de masas y de justificación de errores y de horrores. Es a nombre de la religión y de Dios que se cometen los mayores atropellos contra otros seres humanos. Es la religión la que en esta distopia cumple el rol de controlar a las personas. Pues solo hay una verdad y todos los otros caminos están equivocados y llevan al infierno. Acá se funden religión y política.
Olamina por su parte continua con su movimiento el que es acusado de secta pagana, ella está convencida de las verdades de esta nueva creencia, pero es también su compromiso con esas ideas la que la hacen perder y poner en peligro aquellos que dice que le importan
Por último este es también un libro sobre el futuro de la humanidad más allá del planeta que llamamos hogar
Al final siento que los grandes temas de Butler son la preservación del planeta, el feminismo, los viajes espaciales, pero que su gran motivación para escribir estos libros es querer apartarse y criticar lo que ella considera pernicioso de la religión y de como está controla los más variados aspectos de la vida de las personas.
Dios es cambio, dice Olamina, pero su dios es un dios en que no hay que poner la fe, si no que esta fe debe centrarse en la capacidad del ser humano y de la humanidad en su conjunto de moldear su propio destino sin necesidad de recurrir a un Ser Superior.

Segunda parte de ésta en origen trilogía de Butler, que lamentablemente terminó en este volumen porque la autora falleció antes de escribir el tercero.

En el primer libro se nos presentó un Estados Unidos distópico en el que el cambio climático ha provocado una lucha por bienes como el agua había quebrado completamente la población, dividiéndose en los ricos poseedores de los recursos, la clase media autoprotegida y los delincuentes y adictos. Lauren Olamina es una adolescente de clase media que se ve obligada a abandonar su casa cuando los delincuentes toman el pueblo, separándole del resto de su familia a la que considera muerta. Tras esto empezará su peregrinación hacia el norte, donde se supone que la situación es algo mejor, con idea de crear una comunidad basada en las creencias de Semilla Terrestre, un credo creado por ella y adaptado al nuevo mundo cambiante en el que viven.

En esta segunda obra nos encontramos en Bellota, el asentamiento creado por Olamina en las tierras de Bankole, que es un médico que se convirtió en su pareja durante el camino. Con ellos conviven otras personas que se fueron encontrando y que aceptaron formar parte de la comunidad de Semilla Terrestre, ya fuera por creer realmente en ese credo o porque quisieran formar parte de un grupo para sentirse más seguros. Dentro de que el país se ha ido a la mierda parece que han conseguido crear algo bueno, una comunidad en la que todos aprenden y enseñan y en la que se sienten protegidos.

Pero, como suele pasar en momentos de crisis, se produce un auge del fascismo y el ultraconservador Jarret se alza con el poder. Debido a ello Bellota es atacada por un grupo que se autodenomina Los Cruzados de Jarret y que destrozan todo lo que habían logrado construir, separando a hombres, mujeres y niños y sometiéndoles a un régimen de terror, muy especialmente a las mujeres. Posteriormente la comunidad quedará disuelta, pero Olamina seguirá con su intención de difundir Semilla Terrestre al mismo tiempo que busca a Larkin, el bebé que tuvo con Bankole. Y toda esta historia la conocemos años después a través de Asha Vere, que ha conseguido los diarios de Olamina.

Sin duda se trata de una de las mejores obras de ciencia ficción que he leído, hay un realismo desolador en todo lo que narra Butler, como si se tratasen de verdaderas premoniciones. Mientras lo leía he tenido pesadillas debido a lo que me impactó la lectura, y el poso que han dejado ambos libros en mí tengo claro que perdurará en el tiempo. Lo bueno es que, aunque no terminase la trilogía, el final que ofrece esta segunda obra podría ser un cierre perfectamente, por lo que recomiendo muy encarecidamente su lectura.

Ya saben que La parábola del sembrador de Octavia E. Butler fue una de mis mejores lecturas del 2021. Por eso hoy les quiero recomendar su continuación: La parábola de los talentos, una novela que es incluso más dura y aún mejor que su predecesora. Un libro que nos muestra cómo el fanatismo religioso puede ser usado como un arma contra todo el que es diferente, contra el otro. Un medio para que hombres terribles lleguen al poder. Pero ante el odio y la división, una protagonista se aferra a la esperanza.

«Todo aquello que tocáis
lo Cambiáis.
Todo aquello que Cambiáis
os Cambia a vosotros».

En este segundo libro seguiremos descubriendo la historia de Lauren Oya Olamina, y cómo llegó a fundar y establecer Semilla Terrestre tras lo narrado en La parábola del sembrador. Pero la particularidad de esta segunda novela radica en que será la hija de Lauren la que reúna los antiguos diarios de su madre, y también los de su padre y su tío Marc, para tratar de comprender mejor a esa madre que nunca llegó a conocer realmente. Los escritos de esa hija sirven para conectar una historia que inicia unos cinco años más tarde que la primera novela, y que abarcan mucho más.

Así, veremos cómo nace Bellota, una pequeña comunidad autosuficiente escondida en las montañas donde Lauren y sus seguidores de Semilla Terrestre, que cada vez son más, se establecen para huir del caos de las ciudades. Pero, aunque en teoría lo peor de la crisis ha pasado y ya hay menos violencia en las calles, la llegada al poder de un hombre que prometía que haría otra vez grande a América hará que todo esté en peligro de nuevo para esos supervivientes. Pensar que Jarret, el personaje que escribió Butler en 1998, tenga la misma consigna que cierto expresidente que conocemos hace que todo resulte aún más cercano y aterrador.

«El Destino de Semilla Terrestre es enraizar entre las estrellas, y ahí, de nuevo, crecer, aprender y volar».

Lauren es una joven que tiene claro cuál es su objetivo y el de Semilla Terrestre, y aunque sabe que es una empresa complicada y que la gran mayoría de las personas considera absurda y poco real, no dejará de buscar opciones y la mejor manera para cumplirlo. Tiene miedo de no aprovechar su talento, como en la parábola bíblica que da nombre al libro, pero verla trabajar sin descanso nos da esperanza. Aunque hay partes que son tan desgarradoras que es muy duro seguir leyendo, Butler logra que no queramos o podamos parar de hacerlo.

Debo confesar que el miedo a Lauren es un temor que conozco, al crecer en una familia religiosa (de esas familias católicas que iba todos los domingos a misa) al crecer, la parábola de los talentos me resultó aterradora. ¿Cómo saber si tienes algún don? ¿Y si lo estás desaprovechando y luego te toca rendir cuentas por todo lo que no hiciste? Nuestra protagonista trabaja sin descanso para que se cumpla el objetivo de esa doctrina que creó. Eso sí, tendrán que leer la novela y comprobar si todo ese esfuerzo se ve recompensado.

«Debo crear una nueva forma de fe, una forma que pueda evolucionar hacia una nueva religión, una nueva fuerza motora que pueda ayudar a la humanidad a dedicar su enorme potencial de energía, competitividad y creatividad a hacer el inmenso trabajo de alcanzar el Destino».

Fanatismo religioso, esclavitud, violencia, libertad, objetivos, trascendencia… La parábola de los talentos, de Octavia E. Butler, es una lectura de las que te cambia. Un libro que nos muestra lo que la llegada de la extrema derecha al poder puede hacer. Que nos habla de que como humanos podemos aspirar a algo más que a repetir, sin fin, ciclos de violencia y caos. Que, aunque es desgarradora, nos da esperanzas. Terminé el libro con el corazón roto por cierta relación que me habría gustado ver desarrollarse de otra manera, pero no les cuento más para no hacer ningún spoiler. Si aún no han leído a Butler tienen que hacerlo. Este libro va directo a mis mejores lecturas del año (y solo estamos en enero).

¿Han leído La parábola de los talentos? ¿Les llama la atención?
Enlace: https://inthenevernever.blog..

“Nada como una guerra para aglutinar a la gente en torno a una bandera, un país y un gran dirigente” ~ La parábola de los talentos de Octavia E. Butler.

La parábola de los talentos es la segunda parte de la parábola del sembrador, de esta maravillosa escritora que fue Octavia Butler, fallecida antes de poner fin a esta trilogía y que es, precisamente, el único pero que se le puede poner a este libro. Eso sí, podéis leer las dos novelas porque no os vais a quedar arañando las paredes.

En esta segunda parte, viajamos al mundo distópico (¿distópico?) creado en La parábola del sembrador y al año 2030. Vemos cómo va creciendo y evolucionando Semilla Terrestre y qué pasa con el personaje principal, Lauren. Escuchamos la historia a dos, y a veces tres, voces (no quiero desvelar quienes hablan para no estropearos la lectura de la primera novela) y poco a poco aflora la misma crítica que en el libro anterior: el poder de las religiones, la manipulación de las masas, el abuso de poder, los malos tratos y la esclavitud, temas recurrentes en la obra de Octavia Butler de quien os recomiendo leer cualquiera de sus libros. Yo, desde luego, seguiré leyendo su legado.

«La parábola de los talentos» supone el cierre a la bilogía iniciada con «La parábola del sembrador», una historia distópica que destaca por su realismo, por la plausibilidad de los sucesos que narra, por aterrador que resulte pensarlo...
Se trata de unos libros que, aunque generalmente se incluyan dentro de la ciencia ficción por el simple de hecho de trascurrir en un futuro distópico, no incluyen realmente muchos elementos propios del género, centrándose más en los aspectos sociales. Os cuento esto para que os aproximéis a su lectura de la forma más acertada y no os decepcionéis si esperabais algo más al estilo «Los juegos del hambre»

Personalmente, he notado gran diferencia entre el primer libro y este. Mientras que en el Sembrador la historia tiene bastante acción y tensión y sí que sigue una trama lineal, con dosis de aventura y supervivencia; este segundo libro cambia bastante el tono, para sumergir al lector en una serie de profundas reflexiones sobre extremismos políticos y religiosos y una posible vuelta futura a la esclavitud. Todo ello desde un punto de vista pesimista, que, sin embargo, guarda un punto esperanzador.

Octavia era una visionaria y me alegro mucho de que cada vez sus libros sean más y más conocidos. Leer a esta mujer siempre es una experiencia enriquecedora que os hará pensar, pero también sentir y emocionaros con sus personajes y sus universos, llenos de claroscuros.

Os recomiendo mucho esta bilogía tanto si sois lectores asiduos del género como si no. No os dejará indiferentes.