Has invitado a un amigo a comer a tu casa y una vez que se ha saciado se dirige a tu cocina y se dedica a meter en bolsas todo lo que tienes en la nevera, aprovecha y se lleva platos, pequeños electrodomésticos, cubiertos. Y sin saber muy bien por qué razón se ha puesto a extender su basura por el suelo del salón, el baño y tú habitación del que también ha cogió tu ropa, tus libros. Antes de irse echa lejía en tu depósito de agua lo que te hará imposible beberla.En realidad, nosotros somos ese amigo y esa anfitriona que tan generosamente ha ofrecido lo que tenía es la naturaleza. * Reciprocidad, agradecimiento y respeto por la naturaleza que tanto nos da, todo lo necesario para alimentarnos, vestirnos, viajar o tener un refugio. Un libro para leer despacio, que nos obliga a mirarnos, un libro para pararse, tan necesaria esa pausa elegida y observar, observar y observarse. * "La mente colonizadora considera que la tierra es una propiedad, un activo para la especulación, un capital o una fuente de recursos naturales. Pero para nuestro pueblo lo era todo: identidad, conexión con los antepasados, el hogar de nuestra familia no humana, la reserva de medicamentos, la biblioteca, el origen de cuanto nos permitía vivir. En ella se hacía manifiesta nuestra responsabilidad con el mundo. Era suelo sagrado, que solo se pertenecía a sí mismo: un don que recibíamos, no una mercancía." + Leer más |