Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos.
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Cuando el mundo empieza a despoblarse de la gente que nos quiere, nos convertimos, poco a poco, al ritmo de las muertes, en desconocidos.
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Después de todo, amamos como nos han amado en la infancia, y los amores posteriores suelen ser sólo una replica del primer amor.
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Nunca fuimos una madre e hija confidentes que se lo contaran todo, nunca fuimos amigas, nunca compartimos intimidades, creo que siempre intentamos ser la versión más presentable de nosotras.
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«Se puede saber si a alguien le gustan de verdad los libros por cómo los mira, por cómo los abre y los cierra, por cómo pasa sus páginas», decías.
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el amor es lo menos fiable del mundo.
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Yo por las mañanas quisiera ser invisible y no alcanzar plena corporeidad hasta la hora de comer.
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Habíamos hablado mucho de la muerte, pero jamás pensamos que la muy cabrona te arrebataría la cabeza antes de llevarse también todo lo demás, que te dejaría únicamente unas migajas de lucidez intermitente que sólo servirían para hacerte sufrir más.
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Durante un tiempo, el cuerpo de Óscar fue mi única casa, el único lugar del mundo. Luego tuvimos un hijo. Y luego nos conocimos.
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Uno intenta actuar como un animal de la selva, guiándose por el instinto, la piel y los ciclos de la luna, respondiendo sin demora y con agradecimiento y cierto alivio a las exigencias de todo lo que no necesita pensarse porque el cuerpo o las estrellas ya lo han pensado y decidido por nosotros, pero siempre llega el día en que es necesario ponerse de pie y empezar a hablar.
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Me pregunto cuál es el para ligar en un cementerio. Me pregunto si vendrá a darme el pésame.
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¿Qué objeto le lanzaron los gemelos Weasley a Voldemort a la cara?