¡Con qué rapidez se mueven sus dedos! ¡Con qué entusiasmo su semblante juvenil se inclina sobre sus pensamientos! |
¡Con qué rapidez se mueven sus dedos! ¡Con qué entusiasmo su semblante juvenil se inclina sobre sus pensamientos! |
Las palabras a veces no son más que un débil eco de los pensamientos que la mente concibe |
Las palabras a veces no son más que un débil eco de los pensamientos que la mente concibe |
¡Oh, amarga, frustrante, aguda sensación que no se debilitará, que no puede morir: date prisa con tu trabajo de desolación y deja volar mi espíritu torturado! |
Mi amor no despierta ningún amor muevo, mis lágrimas se acumulan y caen sin ser sentidas, mi tristeza a nadie toca con dolor, mis humildes esperanzas no derriten a nadie |
Sin ser amada, amo; sin ser llorada, lloro. Dolor que refreno, esperanza que reprimo. Si vana es la angustia, firme y profunda, más vanos los deseos y sueños de felicidad |
Mas ¿quién puede aguantar horas, días, un dolor constante, el yugo de la desesperación absoluta, un sufrimiento completamente desolado? |
Si todavía sigue los senderos del saber, lo hará con la voluntad cansada y herida. Sólo se esforzará para llenar el hueco doloroso, el vacío sin alegría de su vida |
Regresará, pero fría y cambiada, como todos los que pierden la esperanza demasiado pronto, como todos aquellos que han sido golpeados sin protección por las amargas explosiones que destrozan el corazón |
Nos sé si su falta de amigos hizo alguna vez mella en su espíritu, pero nunca se lamentó. Los estantes con libros eran su tesoro querido. No parecía notar el paso del tiempo si podía leer a solas |
Marinero en tierra