Los viejos seductores siempre mienten

Toda una sorpresa ha sido esta novela, más corta de lo esperado, que me ha recordado a las clásicas historias de detectives eficaces, venidos a menos y el toque de humor que rodea sus acciones y pensamientos en tono sarcástico tan común a estos personajes. Es cierto que el hilo argumental es sencillo y prácticamente no se desvía, aunque nos deja ciertos momentos que nos recuerda que podría haber más historia si no se centrara en lo esencial. Un conjunto de personajes que giran en torno a un misterio que "nuestro viejo seductor" intentará desvelar.

Me ha gustado la forma de contar que he descubierto en Juan Bolea, con pocas palabras pincela lo necesario para entrar en la trama y querer seguir avanzando, sin texto que sobre o que desvíe nuestra atención lectora. Sin ser muy descriptiva, he saboreado las palabras escogidas por el autor para contarme esta historia, que en parte me ha sabido a relato largo, perfecto para leer en una tarde.

Más encuadrada en el género de detectives que novela negra, lo único que se acerca a este último es la verdad implícita en la misma naturaleza humana, es sus debilidades y sus pasiones, y en lo que puede llegar a hacer. Sin conseguir crear intensidad en el lector, ha resultado ser una muy buena lectura, aunque no me quito la sensación de que hubiera disfrutado más del protagonista si lo conociera de sus anteriores andanzas.

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