Alguien tiene que velar, se ha dicho. Alguien tiene que estar ahí. Ella parpadeó. Esta no era la respuesta que había esperado de él, ni nada parecido. Para su consternación, notó que se ruborizaba. - ¿Es ... es eso una cita?- balbució. - Sí, de Kafka. - ¡Ah! |