Toda la verdad de mis mentiras

Bailamos y yo me enamoro de él un poco más si cabe en cada paso.

Aplastante certeza, la de saberte más tuya que mía, la de asumir que sabrás cuánto sienta, piense y duela; la de comprender que convertí mi pecho en tu casa, y mi casa en la tuya. Y quererte tan dentro, nunca supuso un problema, porque ni siquiera yo entiendo esta aplastante certeza.

Hacer el amor es romperse, es sentirse débil y dejar que el otro entre, con todo lo que significa. Le dejas entrar, él entra en ti y en ese momento entendéis que nunca más volveréis a no sentiros solos dentro de vuestro cuerpo...sin el otro. Hacer el amor es buscar que valga la pena morirse.

Las mentiras no pueden hacer nada bueno por nosotros.

Usa las palabras.Pon de rodillas lo que sientes, subyúgalo a tu manera de contenerlo en vocales,consonantes.Corta la respiración de esa que te ha vuelto tan loco con unos puntos suspensivos...que terminen en su boca.

El amor es querer volver atrás y eliminar de un plumazo todo lo que pudo borrarle la niñez.

Toda historia puede contarse de tres modos: el rápido, el medio y el largo. Como en la vida misma, el formato que escojas dice mucho de todo aquello que prefieres callar. Y no hay mentira más grande que aquella que te ocultas a ti mismo.

El primer problema de mi lista de «cosas que me persiguen y no me dejan dormir» es que soy una puta mentirosa. Esto es empezar fuerte, ya lo sé, pero de alguna manera hay que hacerlo. Sin paños calientes, querida Coco, eres una embustera.

Las mentiras no pueden hacer nada bueno por nosotros

No sé mucho del amor, nunca me ha funcionado una historia más allá del año y medio. Me canso, me agobio, les canso, les agobio; no encuentro el molde del que salió mi manera de concebir la pareja y puede que Marín tenga razón y sea mucho más rara de lo que creo, pero… sí sé una cosa: quédate con aquel que ame tu independencia y sepa ver lo valiosa que es para ti. Ama a quien no tema a la mujer fuerte que eres.