El arte de engañar al karma

A las llamas nos lanzaríamos, a pecho descubierto, por el puro placer de vivir

Una cosa es que se te antoje un durum porque sí y otra muy distinta pedir ostras, una botella de buen vino...

No habría más de diez personas, pero me sentí como Máximo Décimo Meridio saliendo a luchar con los leones y con tíos con pinta de comer cabezas humanas como aceitunas rellenas.

Los artistas y los estilistas somos los únicos hombres capaces de distinguir todos los colores.

A veces el mejor somnífero es cogerse una cogorza solo en casa. Y en único remedio para la resaca:café, pan e ibuprofeno. Hazme caso.

Claudia era una puta extraterrestre que no lloró viendo "El diario de Noa". No me fío de la gente que no llora con esa película.