El arte de engañar al karma

"Os han dicho que tenéis que cuidar de nosotras para que no nos lastimemos, pero, cielo..., somos muy capaces de decidir cuál queremos que sea nuestro camino".

"Dime, ¿volveré a querer? ¿Confiaré en alguien esa sensación de ser capaz de que me crezcan alas?".

"Hoy solo me acuerdo de que me hacías brillar tanto los ojos que te reflejaba en ellos y todo era luz".

"Estoy segura de que... Tú encontrarás tus zapatos, aunque tengas que andar un rato descalza".

"Tú necesitas que el fuego en el pecho no se te agote. Las mujeres de esta familia, cariño, sangramos lava".

"El mundo ya es lo suficientemente cruel como para aferrarse a una mano que no te quiere coger".

"Me gusta la ingenuidad que atesoras y que te permite seguir sorprendiéndote y sintiendo a pleno pulmón. Sientes como quien grita y eso me gusta. Me gustan muchas cosas superfluas y otras muy hondas, pero lo que más me gusta de ti es que nadie, jamás, podrá llamarte cobarde".

"Aquella noche fue eterna y, allá, en la galaxia en la que hemos convertido este apartamento, soy la escultura que él cinceló y cincela cada día a golpe de beso, galope y amor".

"Hay emociones que deben ser compartidas para poder existir".

"Creo a pies juntillas que hay ciertas emociones que es imposible sentir si el otro no se encuentra en el mismo punto".