¿Sabes por qué las golondrinas anidan en los aleros de las casas? Es para escuchar cuentos.
|
¿Sabes por qué las golondrinas anidan en los aleros de las casas? Es para escuchar cuentos.
|
Nadie sabe tan deprisa como un niño cuándo debe ceder.
|
No sé por qué resultaba tan inmensamente patético, a menos que fuera porque era tan patéticamente inconsciente de ello.
|
Algunos de los héroes más grandes han confesado que justo antes de entrar en combate les entró un momentáneo temor.
|
Las hadas tienen que ser una cosa o la otra, porque al ser tan pequeñas desgraciadamente sólo tienen sitio para un sentimiento por vez.
|
Oh, no, ya sabes, las niñas son demasiado listas para caerse de sus cochecitos.
|
Las estrellas son hermosas, pero no pueden participar activamente en nada, tienen que limitarse a observar eternamente. Es un castigo que les fue impuesto por algo que hicieron hace tanto tiempo que ninguna estrella se acuerda ya de lo que fue. |
Esperamos que nuestros hijos mueran como caballeros ingleses.
|
Los niños corren las aventuras más raras sin inmutarse
|
Cada noche, toda buena madre tiene por costumbre, después de que sus niños se hayan dormido, rebuscar en la imaginación de éstos y ordenar las cosas para la mañana siguiente, volviendo a meter en sus lugares correspondientes las numerosas cosas que se han salido durante el día
|
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?