Los vencejos

Sinceramente esperaba más de este libro; tal vez por ello se me haya desilusionado. Se me ha hecho largo y repetitivo, si bien el escritor da muestras de su valía. En mi humilde opinión ha querido abarcar tantos sucesos y situaciones que han prolongado la novela hasta la saciedad.

Durante las primeras 200 páginas disfrutaba de las peripecias e historias de Toni,su amigo Patachula y de la adorable Pepa.
Sin embargo conforme avanza el libro voy desconectando del personaje,sus escritos son cada vez más taciturnos,vacuos y entremezclados con episodios de su vida pasada.
Empiezo a descubrir a un Toni en plena crisis de los 50 y pico,deprimido (aunque el lo niegue),sin ninguna relación afectuosa y un tanto sociópata.
Descubro un hombre obsesionado y traumatizado por su relación con su difunto padre,por la enfermedad de su madre,la casi nula relación con su hermano y su propio hijo,además se no haber superado aún su divorcio.
La historia pierde interés,te transmite desánimo y el único aliciente es averiguar quién lleva años mandado le notas anónimas y si finalmente tendrá valor de llevar a cabo su propósito.
En mi opinión de las casi 700 páginas ,sobran unas 400, y al contrario de lo que dicen algunas críticas en la que la califican como un"canto a la vida",a mi me parece una historia demasiado triste y que no aconsejo leer a nadie que esté bajo de animo o esté pasando un bache.

Lo siento Toni,no tengo nada contra ti,y se que todos tenemos luces y sombras,pero habría necesitado más risas y anécdotas y menos disertaciones filosóficas y hastío....

Es inevitable esperar de Aramburu que firme un "Patria II". Si empiezas a leer Los vencejos con esa actitud te caerás hacia atrás de golpe. La lectura de esta novela, tiene que empezar sin ver la portada, olvidándote del escritor y su pasado, solo así podrás descubrir a un "nuevo autor" cargado de un pesimismo humorístico que hará que vuelvas a pelearte con cada página.
La lectura de esta novela te exige mucho, te exige paciencia y te exige no tomártelo todo tan literal. Solo en este contexto lograrás disfrutar de una novela escrita en forma de diario, sin diálogos y con saltos temporales que van animando la trama.
Hay que leerlo, es obligado, pero de otra manera, como capítulos de Friends.