La última carta: El club de Posdata: te quiero

La moneda siempre tiene otra cara, no hay terreno intermedio

Yo soy su escondite y él es el mío.
Creamos nuestro espacio y vivimos en él.

La vida tiene raíces e igual que las de un árbol luchando por su supervivencia, esas raíces se extienden y prolongan en busca de agua, son capaces de levantar cimientos, arrancar cualquier cosa que se interponga en su camino. Su alcance es imfinito; su mera presencia surte un efecto eterno de una manera u otra. Puedes talar un árbol, pero no puedes matar lo que este comenzó ni toda la vida que brotó de él.

Mi trayecto sólo depende de mí, soy la autora de mi propio destino.

¿Qué puede suceder en un segundo? ¿Qué podemos lograr con este tiempo adicional?
En un segundo....un ¿Quieres casarte conmigo? Puede cambiar una vida.
...
Un segundo puede separar la vida y la muerte

Tengo que recordar que por cada adiós ha habido un hola. Y no hay nada más maravilloso que un hola de una persona a otra.

O encuentro el camino o me lo invento

Sólo puedes perder aquello a lo que te aferras.

En distintas épocas de la vida nos atraen ciertas personas por razones diversas, mayormente porq esa versión de nosotros guarda relación con su versión en ese momento concreto.

Detesto las despedidas pero detestarlas no es una justificación válida para quedarse.