Llámame por tu nombre

Había ensayado perderle, no solo como forma para protegerme del sufrimiento (...), sino para (...) comprobar si mi buena voluntad de aceptar la peor noche no podría persuadir al destino de que suavizase el golpe.

Cuando mire hacia este lugar, ya no estarás aquí. No sé que voy a hacer entonces. Por lo menos tú estarás en otro sitio, donde no hay recuerdos.

Estaba florando en el agua, intentando no hundirme pero tampoco con la intención de nadar a un lugar seguro.

No temas. Todo llegará. Al menos eso espero. Y cuando menos te lo esperes. La naturaleza tiene maneras extrañas de encontrar nuestros puntos débiles

Consigues que me guste quién soy y en lo que me convierto cuando estás conmigo.

Si te fijas en él mientras estás hablando, siempre mira para otro lado, no te escucha, solamente tiene ganas de decir cosas que ha ensayado cuando tú hablabas y tiene que soltar antes de que se le olviden.

Dos palabras suyas y veía cómo mi apatía llorosa se transformaba en un jugaré a lo que tú quieras hasta que me pidas que pare, hasta la hora de comer, hasta que la piel de mis dedos se caiga una capa tras otra, porque me gusta hacer cosas para ti, haría cualquier cosa por ti, tan solo pronuncia la palabra, me gustaste desde el primer día.

Hazme lo que quieras. Arrástrame. Solo pregúntame si quiero y verás lo que respondo, pero no me dejes decir no.

Nos pertenecíamos el uno al otro, pero habíamos vivido tan alejados que ahora correspondíamos a otros.

Llámame por tu nombre y yo te llamaré a ti por el mío .